Dos meses cerrada sin que la Dirección Provincial de Costas haya aportado ninguna solución. La playa Babilonia de Guardamar continúa clausurada al público en una extensión de 640 metros lineales desde que el 1 de septiembre el Ayuntamiento decretara su clausura por no estar garantizada la seguridad. Desde ese mismo momento el gobierno municipal remitió un informe a Costas advirtiéndole del peligro que suponen las casas en ruina, el riesgo de hundimiento de algunos tramos de acera o la acumulación de escolleras para proteger los inmuebles por falta de arena, pero lo cierto es que no se ha aportado ninguna solución y el acceso a la playa sigue prohibido.
La concejal que dirige este área en Guardamar, Ana Martínez indicó ayer a este diario que la Dirección Provincial de Costas no se ha pronunciado hasta ahora sobre el problema que afecta a esta playa, por lo que el gobierno local está dispuesto ahora a acudir directamente a la Generalitat y al Ministerio de Medio Ambiente para pedir que se adopten soluciones cuanto antes. La medida de cierre se acordó basándose en informes técnicos que urgían la clausura de la zona debido a existencia de elementos bajo la arena que podían causar heridas y que de hecho motivaron cortes entre algunos bañistas el pasado verano.
Enumerar escombros
«Desde Costas sólo nos han dicho que han mandado nuestra petición a Madrid, pero no nos dicen nada más». La edil dijo asimismo que la Dirección Provincial de ese organismo conminó al Ayuntamiento a detallar cuáles son los elementos que tienen que retirar de la arena, es decir, «que enumeremos los escombros», algo que Martínez considera poco menos que un despropósito porque Costas conoce perfectamente cuál es el problema de Babilonia y sus técnicos «pueden verificar de qué escombros estamos hablando».
Según Ana Martínez, Costas se encuentra con un problema a la hora de resolver toda esta situación y es que existe una sentencia que avaló a los propietarios de algunas casas a disponer escolleras para proteger los inmuebles de las olas, por lo que si las retiran, los propietarios podrían interponer acciones legales. «Quieren que nosotros como Ayuntamiento tomemos esa decisión, decidir qué escolleras se quitan y cuáles no, pero ellos lo deben hacer basándose en informes técnicos porque es su competencia».
La edil admitió que la colocación de ese vallado, y el hecho de que los propietarios de las viviendas emplazadas entre los números 47 hasta el 197 no puedan hacer uso del acceso particular que cada vitienen a la playa, ha causado malestar entre los vecinos. De hecho, un par de ocasiones las vallas que prohíben el acceso a la playa han sido retiradas, aunque se han repuesto en poco tiempo por parte del Ayuntamiento, que aunque no puede actuar directamente sobre la playa, sí está obligado a mantener la seguridad en las zonas de baño.
Más allá del hecho de que Costas retire las escolleras para que la zona sea transitable de nuevo, lo que persigue la corporación local es que el Ministerio apruebe la ejecución de un proyecto que aborde por fin el problema que sufre esta zona por la pérdida constante de arena. Se trataría de una actuación que precisaría de un importante montante económico pero todo apunta a que hasta ahora ni siquiera se ha planteado en Madrid. Martínez opinó que a dos meses de las elecciones generales es muy difícil que se apruebe un proyecto de esta envergadura, pero dijo que no cejará en su empeño de exigir una solución efectiva.
