Ya sé, sería con «h»!. Pero es que no me refiero a esa hora -la de tiempo- sino a la otra Ora, la ordenanza que regula el aparcamiento en las calles de la Muy Noble, Leal y Siempre Fiel Ciudad de Orihuela y con la que nos han «estao» timando hasta «jartarse» ¡y nadie ha rechistao!. Bueno; sí -a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César-, hubo quien levantó tímidamente la voz -como no queriendo molestar- y -como sin querer queriendo- denunció -con la boca pequeña- que los de la Casona de la Esquina del Pavo no cobraban el «arriendo» del servicio. ¿Cómo?. ¿Qué quienes nos han «desgobernao» no cobraban las perras que se les debía a los olezanos?. Y mira que los plumillas/escribidores/juntaletras lo han/hemos puesto negro sobre blanco y dicho por las ondas hercianas mogollón de veces, ¡pero nada, chico; que si quieres arroz, Catalina! ¡qué no ha habido manera de cobrar un puto euro a quienes se han reído de nosotros en nuestro careto!. Lo que me revienta -o me toca los cojones, como se quiera- es que nosotros sí hemos engordado la cuenta corriente de esa empresa y algunos, incluso, hemos pagado más, porque la memoria nos jugaba malas pasadas y olvidábamos pagar «el impuesto revolucionario», en forma de tique, para estacionar el coche. ¿Se podría ejercer la acción popular en un posible juicio contra los gestores municipales por dejación?. ¿Es posible que ellos tengan «parte de culpa» por dejar tanto tiempo sin cobrar el canon por la prestación del servicio?. ¡Secreto de sumario!.

El Palacete del Marquesado de Arneva, en vez del edificio desde el que se gobierna y gestiona el municipio, más bien parece la sede de una ONG, pero para según qué cosas. Si; vais a ver, porque además de no cobrar la Ora a la empresa -¡si es que es una empresa, porque no se le conoce otra actividad!-, lo que ha supuesto un «desfalco/quebranto» a las arcas municipales -o sea, a todos nosotros- de más de medio millón de euros -que se dice pronto-, se ha estado mucho tiempo sin cobrar lo de los chiringuitos de la costa, que era otro «pastizal». Me cuentan que esa deuda está cobrada y, aunque hay quien asegura que soy mal pensado, me lo voy a creer; ¡sí, voy a hacer un ejercicio de buena voluntad y me lo voy a creer!. ¿Se podrán reclamar los intereses del capital que, si es que se ha cobrado, se ha ingresado muy fuera de plazo?. ¡Secreto de sumario!.

Me echo el periódico a la cara y, gilipollas de mi, leo: «Los padres de Dinoco se declaran decepcionados con la gestión del alcalde Bascuñana». ¡Vamos a ver!; ¿no estaba «arreglao» este asunto?. ¿Los críos van a tener «atención temprana» o, como en otras tantas cosas, se tendrán que buscar la vida y mariquita el último?. No hace mucho que el padre de un niño discapacitado me aseguraba que este tema se soluciona en un «pis-pas» y, sin embargo, está siendo muy mal gestionado por el olezano mayor, don Emilio, y su «partenaire» de Bienestar Social, doña Sabina -como el cantante- Galindo, ¡anda como el «diminuto» humorista que se hizo famoso en el programa televisivo de Javier Sardá!. Pero la cosa no es de risa, ¡para nada; lo mismo que el asunto de la EPA. A nuestro regidor, sin quererlo ni pretenderlo, se le están acumulando los problemas y, ¡claro está!, luego habrá que buscar deprisa y corriendo al «bombero» para que apague el fuego, incluso en «pepelandia» (el país de los «peperos», en el que el tuerto es el rey).

Me cuentan que en la Casona de la Esquina del Pavo el personal está muy pendiente de la imagen que se puede dar y que algunos «asesores» trabajan a destajo para que ésta -la imagen- no sea mala, ¡otra cosa es que se consiga!. Me aseguran que lo primero que se hace cada día es repasar la Prensa para saber lo que cuentan «los mentirosillos» de la canallesca. Siempre he pensado que eso es malo, porque gobernar en función de lo que digan los periódicos hace que se distraiga la atención de lo que realmente importa: gestionar los intereses de los ciudadanos. ¿Qué le pasa a la Princesa?. Ya lo escribió Miguel Hernández (por cierto, el viernes sería su «cumple»): «Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras». Cuando ya no se está en la vida pública, cuando no se tiene poder, es cuando se sabe quiénes son amigos y por lo que veo, Mónica, no tienes muchos; ¡conocidos sí, amigos es otra cosa!. Parafraseando a The Beatles: «Lo que necesitas es amor» (All you need is love).