Una tarde otoñal en Torrevieja, incluso en esta semana de noches tormentosas, invita a recorrer nuestro litoral. Llegando a Doña Sinforosa me descalzo y en contacto con la arena alcanzo las inmediaciones de la playa de Los Náufragos. Las vistas me dibujan una sonrisa y prefiero seguir a la vera del mar, acompañado de los haces de luz que tímidamente asoman provocando un espectáculo de reflejos sobre un Mediterráneo generoso que me regala con el rumor del oleaje un aroma a vida y sal.

En tan buena compañía sigo mi recorrido para llegar a Lo Ferrís, donde suelo encontrarme conmigo mismo y descubrir nuevos detalles que demuestran que este discreto rincón ajeno al ajetreo de una gran ciudad como la nuestra es la carta de presentación ideal, postal que he mostrado con orgullo a tantas amistades venidas de fuera para visitarme y que entre otras cosas, por la belleza de lugares cómo este deciden repetir. Pero algo me separa de mis pensamientos, de esa ensoñación y es la visión de la malla de metal, colocada el pasado febrero y que representa en sí misma todo un símbolo de fracaso personal, político y sentimental para mí, pero también lo es de derrota colectiva.

Sin querer empañar en mis recuerdos la belleza de Lo Ferrís poniendo allí también ese marco metálico, miro al mar que parece contagiado de mi enfado y se muestra bravo, las olas se lanzan como caballos desbocados contra las rocas y pienso en lo valioso que es nuestro patrimonio natural, también en su fragilidad, lo fácil que es degradarlo y la necesidad de los torrevejenses de implicarnos.

Tenemos buenos ejemplos próximos, Sierra Escalona hoy día sigue sin tener a efectos prácticos toda la protección necesaria, pero gracias al trabajo constante y riguroso de Amigos de Sierra Escalona, estamos más cerca de esta meta que de verla convertida en otro laberinto de urbanizaciones. No me olvido del papel de la política, la sensibilidad de quien ostenta el poder es fundamental y tras muchos años de anuncios vacíos ha llegado la oportunidad de mostrar las diferencias entre los dirigentes actuales y los anteriores. Soplan nuevos vientos en la Alcaldía de Torrevieja pero como he dicho, Ferrís permanece ajeno a lo que sucede en la urbe, espero que pronto se noten aquí también.