Los empleados de parques y jardines lo dejaron todo en orden sobre las doce del mediodía de ayer, una vez que fueron avisados. Desde hace más de cinco años un vecino sin hogar utiliza las laderas de la loma de la Torre del Moro para cobijarse y tener su «residencia». Desde ese momento también, y de forma periódica, por razones que a los usuarios se les escapan, el parque se convierte en su particular campo de batalla y amanece con todas las papeleras por el suelo y la basura desperdigada en torno al acceso principal. Algo que ocurre, como conocen los servicios municipales, cada vez que el inquilino temporal de la emblemática Torre del Moro, usada como reclamo turístico, tiene cualquier conflicto con los usuarios. Este parque también es utilizado como lugar de encuentro habitual para jóvenes para realizar botellones y los roces entre este singular vecino y estos usuarios del paraje no suele terminar bien.

BIC

La Torre del Moro es el único Bien de Interés Cultural con el que cuenta la ciudad junto al torre vigía del embarcadero de La Mata, aunque sucesivas remodelaciones, como la última de 1994, la convierten más bien en una reconstrucción libre ajena a los criterios históricos. También conserva -en este caso con más fidelidad al original- con un aljibe, además de un quiosco cafetería y una oficina de turismo, en desuso desde hace años, y unas vistas privilegiadas a la costa de las calas de Torrevieja.