El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana (Partido Popular) decidió hace un par de semanas «aliviar» la carga de la junta de gobierno al repartir entre algunos concejales, entre los que se encuentra, las competencias que desde comienzos de mandato tenía delegado en uno de los principales órganos de gestión municipal.

Concretamente, se ha delegado en sí mismo las competencias en planeamiento y gestión y disciplina urbanística, lo cual no es ni mucho menos un tema menor porque está previsto que durante este mandato se apruebe el Plan General de Ordenación Urbana. La decisión no ha gustado a miembros de la oposición, caso del PSOE, porque el regidor resolverá sin pasar por este órgano cuestiones como el sometimiento a información pública o la subsanación de deficiencias, así como la resolución de las alegaciones contra estas.

También ha delegado firma en Rafael Almagro en asuntos de Patrimonio; en Dámaso Aparicio, las de Mercado; y en Noelia Grao, por último, las que atañen a Sanidad.