Madrugo. Suelo hacerlo todos los días. En pijama entro en internet, ojeo este diario, las previsiones del tiempo en Torrevieja del Proyecto Mastral y en la Aemet. También miro otros diarios. Es viernes y en este INFORMACIÓN veo un subtitulo anunciando el inminente repintado de la señalización vertical en los principales viales de acceso a Torrevieja.

Con la buena nueva siento como si respirara mejor. ¡¡Por fin van a solucionar lo de las señales en la Avenida de las Cortes Valencianas!! donde, a excepción de los pasos peatonales, las líneas de la calzada han ido desaparecieron como si las hubiesen pintado con «clarión».

Me adentro en el texto de la noticia y mi gozo en un pozo. El concejal del ramo, Victor Fernández, no ha incluido dentro del plan a este vial principal. Por lo visto no debe haber circulado conduciendo por dicha avenida y menos cuando cae «relente» o cuatro gotas.

Después del chasco sufrido salgo a la calle. Esta ocasión, para disgusto de mi abnegada compañera de fatigas, voy sin afeitar. Han dado las siete de la mañana. Mi itinerario diario casi siempre es el mismo: Recojo la Prensa y me acerco a la playa de Los Locos. Una hora más tarde recalo por el muelle pesquero. Últimamente, como el sol tarda más en salir, los barcos de cerco arriban a puerto ya entrada la mañana. Algunos días falto a este encuentro con pescadores, intermediarios, patrones y gentes que han estado vinculadas al mar o se han vinculado al vivir aquí. La panorámica del muelle pesquero perdió su encanto desde la construcción de esa brutal escollera a base de pedruscos para albergar Marina Salinas. El espacio ganado al mar asesinó el paisaje. Ya no se ve la mayor parte de la dársena ni la bocana del puerto.

Retomando el hilo, el citado viernes salí más temprano todavía, era de noche y como no me gusta bajar a la playa a oscuras, aunque a veces lo haga, opté por tomarme el primer café fuera de casa de donde salgo llevando dos en el cuerpo.

Estuve en una cafetería cercana al Ayuntamiento. Gobierno y oposición, bien tempranito al pie del cañón, pues apareció por allí la edil del PP Carmen Gómez con dos periódicos en la mano, como debe de ser. Luego pasó saludándonos Alejandro Blanco, concejal de Cultura, y al poco llegó la multiconcejal Fanny Serrano.

La edil se sienta. Charlamos. Le digo que ha desposeído al alcalde José Manuel Dolón de su rango de enemigo número uno de Torrevieja. Ahora este sambenito se lo han colgado a ella. Y encima con el agravante de no haber nacido en el lugar. Hablan de ella con odio.

Las gentes de aquí, las de toda la vida terminan por aceptar, aunque sea a regañadientes, a quienes no van detrás de los abanderados. Les dicen en algunos casos que tienen los genes «travesaos»... y listo. Eso sí, no soportan que los de fuera pinten algo. Pago y me voy a la playa. Llego a tiempo de ver salir el sol entre las nubes amenazantes de un chubasco descargando en la mar. Me pongo ante el teclado con la impresión de acudir a una guerra sin llevarme las pistolas. Salgo a la calle. El chubasco ha pasado de largo sin dejar una gotica.