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El último gran banco de palmeras

La EPSO conserva el mayor banco genético de palmeras del género Phoenix del mundo

Conservar las diferentes variedades de la palmera del género Phoenix, y estudiar y comparar los ejemplares autóctonos con otros procedentes de diferentes partes del mundo para ampliar las investigaciones de estos árboles. Este es el objetivo del banco de germoplasma de la Universidad Miguel Hernández de Elche, desarrollado por el Departamento de Biología Aplicada de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO) en colaboración con la Universidad de Murcia. Un proyecto que, aunque tiene sus orígenes en otro trabajo paralelo que se inició en 2008, no ha sido hasta hace unos años cuando ha ido cogiendo forma hasta convertirse «en el mayor banco de germoplasma de palmeras del género Phoenix a nivel mundial», explica Concepción Obón, una de las responsables del proyecto.

No en vano, actualmente el banco de germoplasma cuenta con cerca de 1.000 ejemplares cultivados a través de semillas. De todas ellas, 315 ejemplares se encuentran plantados en el propio campus oriolano, en una zona cercana al margen del río Segura, en una parcela que ocupa 6.758 m2 de superficie. Sin embargo, este espacio no es suficiente para albergar toda la colección, por lo que la UMH busca cerrar un convenio con el Ayuntamiento de Orihuela para plantar el resto del banco en un soto municipal del Segura a dos kilómetros de distancia del campus, con una superficie de 14 hectáreas y donde ya se han plantado, a modo experimental, 100 accesiones (cada uno de los árboles).

El resto, está aún en macetas, pues «el ciclo de crecimiento de la palmera el muy lento y, al proceder prácticamente todas de cultivos de semillas, deben estar dos años en macetas antes de ser plantadas. Y es que esta es otra de las características que hacen aún más especial ese banco genético: que se trata de un banco vivo, y no de un registro de semillas o ADN en el laboratorio.

La diversidad en cuanto a las 20 variedades del género Phoenix es el principal reclamo de la muestra, que cuenta con ejemplares de todas partes del mundo que la UMH ha ido consiguiendo a través de ONGs, colaboraciones con bancos de otros países, como el de EE UU, o incluso «tiramos de amigos, familiares y conocidos que viajan a otros países para que nos traigan dátiles procedentes de sus destinos para plantar la semilla», asegura Obón. Otras veces, sin embargo, no ha quedado más remedio que «comprar las semillas a viveristas de diferentes partes del mundo» para ampliar una colección que «no tiene fin».

Las palmeras plantadas en el suelo de la EPSO contienen una muestra representativa de los palmerales españoles de la península (sobre todo de las provincias de Valencia, Alicante, Murcia y Almería) y de las islas Canarias. En la colección no podría faltar semillas recogidas en los palmerales de Elche y Orihuela, los más icónicos de la provincia a nivel nacional. «Principalmente hemos querido nutrirnos de palmerales históricos, de gran valor ecológico».

Los investigadores compaginan ahora su labor de conservación, con la pretensión de ampliar cada vez más el banco de germoplasma para que el mayor banco mundial siga vivo.

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