Los vecinos del barrio de San Francisco, a la altura del cementerio de Orihuela, y los de las pedanías de El Raiguero o La Aparecida, continúan aislados por la N-340 pese a que hace dos años se construyó la acera que une esta zona con el acceso al casco urbano a través del centro comercial Ociopía. Hasta entonces había que acceder por mitad de la calzada o por una mediana plagada de farolas. Y lo cierto ahora es que una vez llegados a la Nacional, no tienen cómo cruzar la carretera para llegar a estos núcleos, por lo que se tienen que jugar la piel para acceder al otro lado de la calzada. Y es que el proyecto que impulsó entonces la socialista Antonia Moreno a instancia de los vecinos, no contempló entonces este otro problema, otras fuentes apuntas a que la Tráfico no permitía ni pasos de peatones ni semáforos.

Para acabar con esta situación, el PSOE pidió ayer al equipo de gobierno que inicie los trámites con el Ministerio de Fomento para establecer pasos de cebra en la rotonda que sirve de cruce entre la nacional y la carretera que parte desde Ociopía, o incluso «la instalación de semáforos, la solución la dejamos a lo que Fomento considere oportuno». Si bien es cierto que los pasos de cebra no son muy comunes en este tipo de vías y mucho menos los semáforos (el fin de estas carreteras es el paso preferencial de vehículos), los socialistas apuntaron ayer a que podría aprovecharse el hecho de que los vehículos han de reducir su velocidad para entrar en rotonda para establecer un punto de paso para los peatones.

La petición llega «con el fin que esté lista a tiempo de cara a la festividad de Todos los Santos» el próximo uno de noviembre, «cuando cientos de personas se acercan al cementerio».

Colegios

Sin embargo, no solo de forma puntual se registra en la zona un tránsito habitual de viandantes, pues «las horas de mayor colapso son las que coinciden con la entrada y salidas de colegios, donde el tránsito es mayor, con el consiguiente peligro para el tráfico», añadió la expedánea socialista del barrio de San Francisco, Carmen Luisa Cabrera. Otro de los problemas pasa por el acceso a la parada de autobús en la zona, pues los vecinos que se dirijan al núcleo de viviendas cercano a la sierra oriolana, también deben cruzar la nacional para acceder a sus viviendas, con el consiguiente riesgo, «más aún de noche».