«Lo que no se haga ahora, no se hará nunca», esta frase del exconcejal de Urbanimo de Orihuela, Antonio Zapata (PSOE), resumía ayer probablemente como pocas la situación en la que se encuentra la ciudad cuando se cumplen seis años desde que se sabe que habrá un nuevo trazado ferroviario por el tren de Alta Velocidad Española (AVE) cuyo convenio ha sido negociado hasta por tres equipos de gobierno municipal (el de Mónica Lorente, el de Monserrate Guillén y el de Emilio Bascuñana) y nunca firmado. Un día después de que el regidor popular anunciara cambios muy drásticos en lo anunciado hasta ahora para abaratar el coste desde los 6 millones a menos de un millón de euros, quien tomó la mayor parte de las decisiones en el anterior mandato salió a contestarle y muy en la línea de lo ya publicado por INFORMACIÓN: la supresión del cuarto paso supondrá un «caos circulatorio» y nadie se explica las diferentes valoraciones de los famosos 5.000 metros de techo edificable que el Administrador de Infraestructuas Ferroviarias recibiría como parte de la compensación por las mejoras y que comenzó tasándose en 2,4 millones de euros, después se redujo a 1,7 millones (según explicó ayer Zapata por un error) y ahora no se sabe cuánto valen.

«No encontramos ventajas, perjudica a Orihuela tanto económicamente como en su desarrollo. El alcalde fue a Madrid para, de un plumazo, cargarse el cuarto paso que el PSOE reclamó y que se incluyó en ese convenio porque evidentemente era ejecutable», dijo Zapata, quien recordó que este obedecía a una reivindicación vecinal «no era un capricho mío. Estamos hablando de que Orihuela de un paso al futuro y sea permeable, que piense de una vez por todas en los próximos 20 años, en el desarrollo de Orihuela y que no se produzca el caos que se va a producir en temas circulatorios y de crecimiento».