Cuando nació Carmen María un protocolo desvió su caso desde el centro de salud a la Concejalía de Bienestar Social y ésta, con expediente en mano, a Dinoco. ¿No saben qué es? Un centro de atención temprana que nació en 2011, heredado de un proyecto anterior, Astrapace, que puso en marcha Andrés Ballester, exdiputado autonómico del PP, durante su etapa como concejal oriolano. Los niños llegan a Dinoco a través de un conducto oficial: Conselleria de Sanidad -por el servicio de Pediatría del centro de salud- que remite el caso a la Concejalía de Servicios Sociales, y allí una asociación de padres, coordinador con una docena de profesionales, que se encarga de una gestión de un servicio pagado a partes iguales por Generalitat y Ayuntamiento. Y esto es importante porque el principal problema es que el dinero público se gestiona -cuando llega porque deudas ha habido entre administraciones y entre Ayuntamiento y padres- por este colectivo sin que se rinda más cuentas que su trabajo.
La cuestión que ahora subyace es que este modelo, tal y como se conoce, está a punto de desaparecer porque el equipo de gobierno pretende una privatización del servicio, lo cual según los padres acarrearía un aumento de costes sin garantías sobre la calidad que ahora reciben y sin saber también qué pasará con los trabajadores, algunos de los cuales llevan más de una década trabajando en este proyecto. La decisión está en manos del alcalde Bascuñana. M. A.
