El artista de la Vega Baja, Coco Desales, ha gozado de una óptima bienvenida a su carta de presentación, su primer sencillo Ya No Soy Yo, con más de 60.000 reproducciones en "Vevo"; un precedente idóneo, avance de su primer álbum, con un repertorio que aúna el sonido electrónico y la música dance, propios del siglo veintiuno con reminiscencias del tecno-pop y de la explosión de los años ochenta.

Este primer álbum es pop bailable en esencia, bien orquestado, barroco por momentos, impresionista también, pero, sobre todo, romántico en el sentido más literal y expreso. Es canción de hoy día. Hay ficción y biografía en estas canciones. Reflejan épocas marcadas en la vida emocional y artística de Coco Desales, la mayor parte mediante cantos de desamor, desencanto, desengaño, añoranza, para terminar con tres piezas esperanzadoras - Aún No Es Tarde o Contigo - o sensuales, caso de Kiss Me Más.

Coco desarrolló un estilo de composición muy personal, heredado de aquellas producciones de los ochenta, de Tino Casal, Queen, David Bowie, Madonna, Berlanga, Alaska y Dinarama, Brian Ferry, etc. Una canción como El Tornillo, surgida en la misma época que Ya No Soy Yo, con un proceso creativo similar partiendo del estribillo, de la frase principal, era más agresiva y cruda cuando Coco la compuso y experimentó un "giro más simpático, más bailable y desenfadado", en el estudio.

Cuando Desales se remonta a su etapa en Glasgow, estudiando inglés y trabajando, evoca una relación de aquellos días de lluvia y de noches locas de baile, de buenos momentos. Y así nace Nostálgico Momento. "Un recuerdo agradable, de algo bonito", dice. Ya la maqueta sugería esos arreglos primero a ritmo de cha-cha-chá y luego a ritmo de tango.

"Me identifico especialmente con Sálvate. Me siento muy cómodo con esta tesitura vocal". Esta canción cuenta un hecho, no se pone de parte de nadie. Lo cuenta, sin más. No juzga". Coco conoce su voz y sabe modular, susurrar, sin necesidad de vociferar o aullar. Y le sale de forma sensual, íntima y directa. De tú a tú. He ahí, una de sus virtudes, porque el oyente se identificará con lo que escucha de forma espontánea, automática. Sucede también en la deliciosa bossa-nova Te Lo imaginas, "un e-mail desesperado que intenta recuperar una relación, donde no queda dignidad.