El regidor de Rojales, Antonio Pérez, defendió ayer que el Ayuntamiento que dirige está atendiendo las quejas del matrimonio homosexual que asegura ser víctima de un acoso homófobo por parte de unos vecinos aunque cree que, en realidad, este caso corresponde a un conflicto vecinal que se alarga desde hace cinco años.

El primer edil dijo que los responsables de la Concejalía de Seguridad Ciudadana, de Bienestar Social y él mismo han mantenido múltiples reuniones con las dos partes y hasta el momento no existe ningún informe que apunte que se trate de un caso de homofobia. No obstante, aseguró que se enteró ayer a través de este diario de la pintada con una esvástica que ha aparecido en la fachada del matrimonio gay.

«Yo no soy nadie para valorar si el conflicto se produce por una situación u otra, no tengo constancia de que sea por su homosexualidad y lo que veo es una situación conflictiva entre personas que viven en una misma zona», prosiguió Pérez. Asimismo añadió que «este asunto se encuentra judicializado por las denuncias entre las dos partes» y son los jueces los que «tienen que resolverlas». El alcalde reiteró que el Ayuntamiento presta toda la atención que demandan estas familias «y la Policía Local acude siempre que la llaman».