Orihuela recuerda estos días cómo el toque de una campana tres días sirvió para el hallazgo de su patrona, escondida durante la etapa de dominación musulmana. Era 1306. Desde entonces y hasta la actualidad, el fervor por la pequeña talla ha ido creciendo al punto de ser la más querida no sólo por los oriolanos sino en otros muchos municipios de la Vega que celebran por igual su advocación. Ayer el cielo hizo pensar durante buena parte de la jornada que no habría procesión pero sí, al final, el acto lució en todo su esplendor, como siempre. El obispo Jesús Murgui presidió la misa que honra a la patrona de la ciudad en la Catedral, hasta donde fue trasladada la semana pasada desde su Santuario y al que volverá el próximo domingo, en una misa de gran tradición a la cual siguió la procesión, que se ciñó a la «Vuelta a los Puentes», antes de devolverla a la seo donde seguirá siendo objeto de culto y devoción estos días. Cientos de oriolanos acudieron por ello a verla, a darle gracia o la acompañaron a lo largo de su peregrinaje por el centro de la ciudad. El próximo sábado se celebra el besamanto antes de su regreso en procesión el domingo a las 21 horas.