En el salón de plenos del Ayuntamiento de Benidorm se respiraba ayer la cuenta atrás hacia las próximas elecciones generales, ya que el carácter beligerante de sus portavoces municipales se dejó ver incluso en puntos en los que estaba claro que la mayoría estaba de acuerdo. Cualquier moción era buena, por pacífica que pareciera, para echarse cosas en cara. Por ejemplo, en la de la defensa del travase Tajo-Segura, el PP y Liberales no dudaron un minuto en recordarle al PSOE la «tibieza» con la que su líder en la Generalitat, Ximo Puig, dicen que ha defendido esta medida hídrica. En la propuesta de adhesión a la petición de la ampliación del Hospital Comarcal de La Vila Joiosa, también se le recordó al PP que «agachó la cabeza» cuando el exconseller de Sanidad, Manuel Llomabrt, reseñó hace unos meses que no se trataba de una obra prioritaria. En la aprobación de 22 nuevas plazas de la Policía los dos partidos mayoritariso (PP y PSOE) también se enzarzaron en una debate sobre cómo se había gestionado la amortización de plazas. En definitiva, se notó que el curso político había empezado.