Y un recurso interno, muy importante, son las aguas subterráneas. De hecho, uno de los principales objetivos de uno de los trasvases que recibimos, el del Júcar-Vinalopó, es precisamente la recuperación de los acuíferos de la provincia de Alicante. De hecho, esa es la justificación para que, teóricamente, se destinaran 80 hectómetros cúbicos al año, una cifra que no se cumple ni de lejos por causas que no aclara su Confederación Hidrográfica.
Al respecto sobre la utilización de estas aguas para el riego, a través de pozos de emergencia, el sindicalista Ernest Blasco, de La Unión de Agricultores y Ganaderos, recuerda que entre los acuíferos el más importante se sitúa entre Murcia y Alicante, «con más de 1.000 hectómetros cúbicos» algo que decía como justificación esta semana para solicitar a la Confederación Hidrográfica del Segura la apertura de los pozos de sequía, lo que está previsto en el decreto del Gobierno ante la carestía de agua pero que sólo hará a partir de octubre si no mejoran las condiciones.
Y siendo esto cierto, que bajo nuestros pies hay un enorme lago de agua dulce, también lo es que, recuerda Melgarejo, que buena parte de las ciudades importantes de la cuenca, y cita Murcia y Orihuela, se encuentran sobre el mismo y éste no es más que una marisma que, si se seca, pueden resquebrajarse, algo que de hecho está presente en muchos edificios históricos y constatan los estudios. M.A.R./M. A.
