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Los regantes se sienten indefensos ante los ataques para cerrar el «grifo» del Tajo

El portavoz Ángel Urbina asegura que los políticos están permitiendo que se genere un odio entre Alicante y Castilla-La Mancha sin escuchar una voz que ponga cordura

Los regantes se sienten indefensos ante los ataques para cerrar el «grifo» del Tajo

Los regantes de la provincia de Alicante cuya subsistencia depende en buena medida del trasvase Tajo-Segura alzaron ayer la voz por primera vez contra los políticos valencianos -especialmente contra la Generalitat Valenciana- y otras instituciones por estar calladas ante las continuas declaraciones efectuadas por el gobierno de Castilla-La Mancha para cerrar el «grifo» del agua que desde hace 35 años recibe el Levante español y haber pedido, el jueves mismo, que no haya más trasvases mientras trabajan en una nueva norma que blinde el Tajo de más envíos, tal y como ayer publicaba este diario.

Ayer Ángel Urbina, portavoz de la Comunidad de Riegos de Levante-Margen Izquierda, que agrupa a los comuneros que representan más de 35.000 de las 60.000 hectáreas alicantinas que se riegan gracias a estos aportes, advirtió de que está creciendo «un odio visceral entre Alicante y Castilla-La Mancha sin que al día de hoy nadie haya salido en nuestra defensa. Es vergonzoso que se esté hablando de que robamos el agua y se esté produciendo un claro agravio comparativo entre comunidades. Mientras en Castilla-La Mancha todo el mundo está apoyando a los regantes, aquí no se escucha a nadie», explicó a INFORMACIÓN.

La gota que ha colmado el vaso es conocer los regantes alicantinos que en varias provincias castellanas han comenzado a proliferar los carteles en contra del trasvase, en un movimiento coordinado, asegura, «para cargarse por todos los lados, para tumbar unas leyes aprobadas por el Estado española para la defensa del trasvase. Me parece insólito lo que está ocurriendo y que nadie en la sociedad civil se está movilizando contra este acoso y derribo cuando detrás hay una maniobra política».

Septiembre

Los problemas, según el portavoz de los comuneros, irá aumentando si nadie le pone freno. «A partir de septiembre, cuando se autorice el nuevo desembalse, vamos a ver qué es lo que pasa porque no habrá más de 20 hectómetros de los cuales el consumo tiene prioridad», dijo Urbina, asegurando que para ellos no habrá más de 7 u 8 hectómetros cúbicos a lo sumo. «El problema, evidentemente, es que no llueve, porque si lloviera nada de esto se hablaría».

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