Los 335 hectómetros cúbicos que por término medio envía el trasvase Tajo-Segura cada año al levante español, desde hace tres décadas, suponen ni más ni menos que prácticamente el doble de la capacidad de producción de todas las desalinizadoras de agua de mar de la provincia de Alicante, para el caso de que estuvieran a máximo rendimiento, aunque evidentemente eso multiplicaría el precio del agua hasta por cuatro, pasando de 0,12 euros a 0,40-0,50 euros, una cantidad que nadie se atreve a dar como cerrada.
Ahora que Castilla-La Mancha ha vuelto a poner en la picota las transferencias de agua entre cuencas, tras bajar de los 400 hectómetros cúbicos las reservas en sus embalses de cabecera (Entrepeñas y Buendía) y que su gobierno regional se niega a nuevos trasvases, es bueno recordar la importancia capital que tiene para la provincia de Alicante estos aportes del Tajo y, aunque la agricultura es la gran beneficiada porque la mayor parte se destina a ella, también lo es que para una parte muy importante de la provincia -34 municipios incluyendo Elche, Alicante, Torrevieja u Orihuela- y que la consume a través de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, que da de beber a tres millones de personas en verano, y de las que un millón vive o veranea en la provincia. Concretamente, esto es posible gracias a los 110 hectómetros cúbicos que recibe del trasvase y que supone prácticamente igualar la capacidad de producción que genera la mancomunidad, gracias al agua desalada de sus cuatro plantas (San Pedro I y II y Alicante I y II), con 97 hectómetros; y al propio río Taibilla, con hasta 37 hectómetros como máximo.
Al sur
¿Qué quiere decir todo esto? Que sin el trasvase la cantidad de agua para consumo humano que llega a esos 34 municipios situados desde Alicante al sur sería prácticamente la mitad y la palabra restricciones haría temblar a más de uno; especialmente, en el sector turístico. De hecho, para el caso de que el trasvase se cerrara, a la provincia de Alicante no le quedaría otra que multiplicar la producción al máximo de sus plantas desalinizadoras para compensar este déficit hídrico y con ello podría generar hasta 180 hectómetros de agua desalada, según los datos obtenidos por INFORMACIÓN tanto del Ministerio de Medio Ambiente como de Acuamed (la empresa que gestiona las desalinizadoras de Torrevieja y Mutxamel) y de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla. Esta cifra supone sumar los caudales de otras depuradoras aparte de las de la Mancomunidad (las dos que gestiona en Alicante pueden generar hasta 50 hectómetros cúbicos anuales), como son la de Mutxamel, que produce 50.000 metros cúbicos/ día (17 hectómetros anuales) y las de Dénia (24.000 metros cúbicos/día) y Xábia (27.000 metros cúbicos/día). Mutxamel y Dénia podrían producir más agua, hasta 80.000 y 42.000 metros cúbicos diarios (29 y 15 hectómetros cúbicos al año), respectivamente pero Xàbia está prácticamente a pleno rendimiento.
Pero esta cifra final de 180 hectómetros sería gracias a Torrevieja, la última en ponerse en marcha, y que sería el «gran motor del agua dulce» porque aunque ha comenzado a trabajar generando sólo 50.000 metros cúbicos al día, puede producir hasta 80 hectómetros cúbicos anuales; es decir, prácticamente la mitad del agua desalada de toda la provincia aunque con un problema importante: es de Acuamed y su destino principal es «garantizar los regadíos del Trasvase Tajo-Segura», como reza la propia página web de Acuamed. Torrevieja ha costado más de 300 millones de euros y vendría a paliar el problema en parte porque éste no tiene solución ya que la provincia es endémica en cuanto a la autogeneración de agua.
Tampoco sería malo recordar que el denostado proyecto de trasvasar agua del Ebro habría generado unos aportes de 1.050 hectómetros cúbicos y, por qué no decirlo, a un precio final también mucho más competitivo que el de las desalinizadoras que tienen su principal talón de Aquiles en el consumo eléctrico.
