La Rambla de Campoamor de Orihuela se volvió a llenar ayer de jóvenes dispuestos a beber y pasar una noche de juerga. La celebración de dicha macrofiesta, organizada por una discoteca oriolana, ha puesto en pie de guerra a un sector de los vecinos de la zona, que se quejan de los ruidos que han tenido que aguantar hasta que ha amanecido así como de la suciedad generada en la vía pública. Según han documentado con fotografías, hubo más jóvenes en la calle haciendo botellón que en el interior del recinto, una situación que les recuerda a la vivida en torno al evento celebrado el pasado cinco de agosto.

Los residentes han manifestado hoy su malestar y desesperación dado que valoran que "la noche ha sido un auténtico infierno para todos los vecinos. El ruido ha alcanzado la mayor parte de la urbanización con un nivel de volumen innecesario. Es vergonzoso", han criticado a través de un comunicado.

Aunque los organizadores de la fiesta previeron que, en esta ocasión, no se produciría un botellón en las inmediaciones del recinto dado que se permitía a los jóvenes acceder con sus botellas de alcohol, lo cierto es que sólo hay que observar las imágenes aportadas por los vecinos para ver que casi toda la basura por los restos de botellas, vasos y bolsas de plástico se ha concentrado fuera del festival y no dentro. Esta situación ha motivado que hayan sido operarios del servicio de recogida de basuras de Orihuela, y no de la empresa privada contratada por la organización, los que han tenido que recoger todos los desechos a primera hora de esta mañana.