El jefe del Consell, Ximo Puig, intentó reconducir la crisis hídrica generada en la provincia tras la exigencia del Gobierno de Castilla-La Mancha al Gobierno central de paralizar el trasvase Tajo-Segura por los niveles que presentan los embalses de Entrepeñas y Buendía. El presidente de la Generalitat, durante su primera visita a la provincia tras el golpe sobre la mesa del Ejecutivo del también socialista García-Page, se mostró garante del trasvase entre los ríos Tajo y Segura y además quiso mandar un mensaje de tranquilidad a los regantes alicantinos, a quienes pidió tranquilidad y confianza en el trabajo del Gobierno valenciano para asegurar «agua para siempre» en la provincia alicantina. Sin embargo, Puig, que ayer se desplazó hasta Elche para disfrutar del Misteri, huyó por completo de la «guerra» que a su juicio genera con cierta frecuencia el PP en torno al conflicto hídrico. Y es que para el líder socialista, el Partido Popular «se envuelve en la bandera del agua», aunque -continuó Puig- «en veinte años de gobierno no han resuelto el problema pese a haber estado en el poder de todas las administraciones». Así respondió Ximo Puig a las acusaciones que le llegaron en las últimas horas desde el bando popular.
Sin ir más lejos, a las críticas del PP del pasado miércoles, ayer se sumaron las voces del presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, y del vicepresidente de la institución provincial y secretario general de los populares en la provincia, Eduardo Dolón, quienes enfatizaron el ataque al PSPV por el supuesto silencio cómplice con el dirigente de Castilla-La Mancha, también socialista. Mientras Sánchez apelaba en su muro de Facebook a una «España solidaria» y a una «España de todos los pueblos», Dolón iba más allá a través de un comunicado, al acusar a Puig de estar de vacaciones «en la mayor crisis del agua de la Comunidad». El dirigente popular, además, retó a «la otrora reivindicativa Mónica Oltra a que se ponga una de esas camisetas que tanto prodigó en las Cortes la pasada legislatura en la que diga 'Sí al Trasvase Tajo-Segura'».
Puig, por su parte, aseguró que el gobierno valenciano va a «defender el derecho de los regantes alicantinos», aunque recalcó que no van a estar en «guerra absurdas», en referencia a los ataques de los dirigentes populares. «El agua no puede ser un motivo de confrontación. Pero el problema que tiene el PP es que está perdido. Busca batallas para luchar contra el nuevo gobierno valenciano», sostuvo el jefe del Consell, que acusó al PP valenciano de «usar el agua de una forma electoralista». «Nosotros no vamos a utilizar el agua como un arma política, el Consell va a trabajar para que los regantes alicantinos tengan agua siempre», concluyó Puig.
Por su parte, fuentes del Gobierno de Castilla-La Mancha anunciaron ayer la presentación del informe jurídico que defiende el recurso presentado ante el Ministerio de Agricultura contra el trasvase de 20 hectómetros cúbicos del Tajo al Segura aprobado por el Ejecutivo central.
