Si valen de algo, en cuanto a conocimiento de mi propio carácter, los años que tengo vividos, creo que puedo asegurar que no soy persona con tendencia al mal humor. Muy pocos días recuerdo haberme despertado con mal ánimo, más bien recuerdo muchos de cantar mientras me duchaba. Ésta somera y subjetiva descripción de mi forma de ser, viene a cuento de que, lo que sigue de mi escrito, querría se entendiera bajo ese prisma de buen rollo.

Es evidente que en Torrevieja se ha producido un cambio político cuyas consecuencias en positivo para la vida diaria de los ciudadanos esperamos, los que formamos el nuevo gobierno, se noten pronto. Es un esfuerzo que no sólo va a requerir de horas de trabajo, sino que habrá que añadir a éste grandes dosis de imaginación y, dadas las formas y maneras que nos hemos encontrado de como se gestionaban los asuntos públicos, hasta mucha suerte. Pero se intentará, la ilusión es inmensa por parte de los y las componentes del nuevo gobierno.

El trabajo y la ilusión están garantizados, el alcalde nos anima, los ciudadanos nos visitan y nos informan de lo que hay que corregir. Algunas cosas ya se han puesto en marcha y funcionan. La prensa y las redes sociales cumplen su función. La oposición.. «oposita». En fin, normalidad en nuestro trabajo de gestores. Pero hay cosas que a uno le indican, o le pueden indicar, si va por el camino correcto, si el cambio que se pretende se está produciendo y es para mejor. Cosas que nada tienen que ver con las estadísticas, ni con las opiniones más o menos interesadas, sino con la madre de todas las encuestas, LA NATURALEZA. Y aquí hemos encontrado algo, según mi criterio, en lo que poder apoyarnos para seguir nuestra ruta del cambio de nuestra ciudad, porque ¿qué me impide pensar que la tortuga Habanera no haya influenciado en sus congéneres y les haya aconsejado que es aquí, en las playas de Torrevieja, donde debían traer a su futura prole, porque así le aseguraban su supervivencia? ¿Quién me puede asegurar que el instinto del medio marino en su conjunto no se ha percatado del profundo cambio ecológico y de respeto a la dignidad de los animales que pretendemos se lleve a cabo en nuestra ciudad?. Nadie. Por lo tanto, gracias a mamá tortuga, gracias a Habanera y gracias a todos los que, como yo, queremos un cambio verdadero de la sociedad, pero eso sí, conservando el buen humor. Ah!!! Se me olvidaba, tenemos que estar atentos por si vemos aparecer por nuestras playas alguna foca ártica o algún pingüino fraile, porque sería la confirmación de mi teoría y de que las noticias del cambio en Torrevieja, nadan que vuelan.