Hasta 72 variedades de granados forman el mayor banco genético de estos frutales en toda Europa, gracias al programa impulsado desde la Escuela Politécnica Superior de Orihuela en Desamparados, de la Universidad Miguel Hernández. Un entorno de un gran valor ecológico, medioambiental y científico, ya que, a diferencia de otros bancos de germoplasma, la UMH conserva estas variedades vivas, es decir, como una gran plantación y no con extractos de cada ejemplar conservados en laboratorio.
Un proyecto que comenzó en el año 1989, cuando el campus oriolano pertenecía a la Universidad Politécnica de Valencia, y que se ha ido ampliando desde entonces hasta situarlo en la cabeza de Europa. «El objetivo no es solo conservar el medio vegetal sino también garantizar su existencia de cara al futuro. Hay variedades que se van perdiendo, porque su fruto no es rentable, o porque otras plantas se adaptan mejor al clima. Actualmente se están realizando numerosos estudios en relación a la granada, y puede que una variedad a la que hoy le hemos dado la espalda, nos pueda servir en el futuro para, con cruces genéticos, mejorar lo que tenemos», asegura el responsable principal del proyecto, Juan José Martínez.
Y es que, entre las variedades conservadas «hay de todo. Árboles que dan un fruto más dulce, más amargos, con piñones más duros, más blandos... no solo se encuentran las variedades comerciales, sino que hemos recogido todas aquellas que tienen cabida en el sureste español», añade. De hecho, la plantación recoge hasta árboles ornamentales, que no dan fruto pero se utilizan en jardines por la belleza de sus flores.
Entre la colección, no podía faltar los ejemplares que producen la granada mollar, una de las más apreciadas del mundo. Sin embargo, Martínez aclara que existe «casi una veintena de variedades que se aglutinan dentro de lo que conocemos como granada mollar», y todas se encuentran en la plantación de la universidad.
Además, la UMH conserva de dos a cuatro ejemplares de granados de cara tipo, dependiendo del mismo, para garantizar su conservación en caso de que uno de los árboles muera.
Membrillo
Otro de los bancos de germoplasma en el que trabaja la Universidad Miguel Hernández y que contempla el proyecto, es el del membrillo. En este caso, se trata de una iniciativa más modesta, que comenzó en el año 2002. Actualmente el campus alberga 24 variedades de este frutal, y su mayor interés, al margen del fruto, pasa porque «sirve de patrón, de portainjerto, para otros árboles de mucha mayor importancia como son el peral o el níspero», asegura Martínez, por lo que si el interés es múltiple.
