La Conselleria de Cultura ha ignorado la tramitación de tres expedientes de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) de otros tantos iconos patrimoniales de Orihuela. Y lo ha hecho, como en el caso de las obras de Salzillo, durante más de 10 años, a pesar de que la propia normativa del Consell establece un plazo de tres meses para dar respuesta a las peticiones de declaración de BIC y de un año para resolver los expedientes aceptados para el caso de los bienes muebles, 15 meses para los inmuebles y de dos años si se trata de bienes inmateriales.

Así lo denunció ayer el edil de Patrimonio, Manuel Gallud (Los Verdes), quien dijo que la dejadez de la Generalitat es tal que, en el caso de la incoación como BIC de los Salzillos de Orihuela, se realizó la primera petición en 2004, que se reiteró en 2010 al no recibir respuesta y se volvió a cursar un año después, en 2011, también sin éxito. Y es que el municipio alberga algunas de las mejoras obras de este escultor barroco español, considerado como el más representativo imaginero del siglo XVIII.

Balcón

En el caso de la Gloriosa Enseña del Oriol, el símbolo por excelencia de la ciudad de Orihuela y que cada vez que sale al balcón consistorial, el 17 de julio, reúne a miles de oriolanos, el pleno aprobó por unanimidad la solicitud y la tramitación de este expediente a la Conselleria, sin obtener respuesta, por lo que el 2011 el Ayuntamiento volvió a realizar la petición aportando más documentación para reforzar la candidatura con el mismo éxito. Se trata de una de las banderas más antiguas de España, incluso más que la Señera valenciana.

La tercera gran «olvidada» por Cultura es La Diablesa, uno de los iconos de la Semana Santa oriolana. Una talla de Nicolás de Bussy del siglo XVII (1695) unida a un bulo papal y al Caballero Cubierto. La tramitación de este expediente, iniciado en 2011 y reiterado en mayo de este mismo año por la Corporación, se realiza en paralelo al pleito que el Ayuntamiento mantiene con el Obispado con respecto a la propiedad. Una demanda que, según apuntó ayer Gallud, responde a «un intento perverso del Cabildo de la Catedral de Orihuela de apropiársela», a la vez que criticó la nula cooperación del Obispado en la tramitación de otros expedientes de este tipo que se han iniciado esta legislatura. En la nueva reclamación para su declaración como BIC, realizada a la Conselleria de Cultura el pasado mes de mayo, se adjuntó al expediente la disputa que se mantiene con la Iglesia por la propiedad de La Diablesa para, dijo el concejal, «reforzar su reconocimiento como patrimonio municipal».

Castillo

Por otra parte, el edil apuntó a que se le ha pedido a la Dirección General de Cultura de la Generalitat el cambio de denominación de las ruinas del castillo de Orihuela, catalogadas como «ruinas gloriosas», una denominación que el edil considera «de otro tiempo, por lo que hay adaptarla a unos nuevos», por lo que solicita que su nomenclatura oficial pase a ser Castillo-Alcazaba de Orihuela.

Además, el hecho de eliminar el término ruina, responde «a las intenciones de recuperar parte del Castillo y cuyo proyecto se está redactando», apuntó el ecologista. Una reivindicación, por otra parte, que lleva en el aire desde hace años y que ha dado lugar, incluso, a un colectivo ciudadano.