Las colas de ciudadanos que tienen que acudir al Registro Civil son una de las imágenes más habituales a primera hora de la mañana en los juzgados de Torrevieja y de Orihuela, como en otros muchos de la Comunitat, por el mal funcionamiento de un servicio que presta el Ministerio de Justicia en colaboración con la Conselleria de Justicia. Pedir cualquier certificado -nacimiento, boda o defunción- se ha convertido en una odisea que algún que otro día ha acabado a empujones y peleas porque no existe control alguno sobre quién llegó primero o quién le dio la vez a quién cuando se ha solicitado al alba o en mitad de la noche.
Esta cola se realiza junto a la de los extranjeros que tienen que realizar trámites y que tienen asignados tres días por semana para no colapsar más el trabajo de los funcionarios que dedican el resto de jornadas a realizar la tramitación de todas las peticiones.
En varias ocasiones la junta de jueces ha solicitado refuerzos a la junta de gobierno del TSJ que a su vez tiene que pedírselo a la Conselleria de Justicia al tener esta transferidas las competencias en materia de personal. Y muchas veces las solicitudes caen en saco roto por los recortes o por la falta de partida presupuestaria. En otras ocasiones el problema reside en que el trabajador al que se envía desde la bolsa nunca ha tramitado estos procedimientos.
