El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil considera en informe remitido al fiscal de Medio Ambiente de la Audiencia y al Juzgado de Instrucción Nº 3 de Orihuela, que «se está realizando una supuesta contaminación atmosférica reiterada en el tiempo» en un vertedero ilegal situado en término municipal de Pilar de la Horadada, según el propio informe de la Guardia Civil, y que, sin embargo, afecta a más de mil vecinos de la urbanización de Campoamor, en Orihuela Costa.
Las diligencias nacieron por denuncia de un vecino, Robert Hammod, en representación de 10 urbanizaciones cercanas al solar de más de 150.000 metros cuadrados que contemplan este veredero ilegal clausurado hace ya 15 años pero que, al parecer, aún a día de hoy los enterramientos de basura, que alcanzan los 20 metros en algunas zonas, siguen en un proceso de combustión interna, emanando gases tóxicos, tal y como apuntan los afectados y el propio Seprona, quien aunque asegura que «deben ser los técnicos en la materia, bien sean de la Administración de Justicia o la Administración autonómica los que elaboren un informe concluyente sobre la toxicidad de los gases y el posible perjuicio para la salud de las personas», apuntan a gases venenosos como «metano, dióxido de carbono, monóxido de carbono, sulfuro de hidrógeno...».
Disputa
Toda la documentación sobre el caso habría sido remitida, según la Guardia Civil, también al Ayuntamiento de Pilar de la Horadada, lo que daría por zanjada la disputa entre el Ayuntamiento de Orihuela y el de Pilar de la Horadada cuando hace unos meses el Consistorio pilareño apuntó a que el suelo del vertedero no pertenecía a su término municipal, sino que estaba en territorio de su vecino: Orihuela.
Robert Hammod, el impulsor de esta denuncia, mostró ayer su confianza en que este proceso sirva para poner fin a la situación que sufren cientos de propietarios de las urbanizaciones colindantes, y cuyos perjuicios para la salud son notables ya que «los olores que llegan a las casas, sobre todo en los días de viento con intolerables, hasta el punto de que muchos tienen que cerrar ventanas y puertas para que no entre en sus casas», lo que genera una situación de insalubridad para los residentes del litoral oriolano.
