Padres, profesores y alumnos del colegio Playas de Orihuela realizaron ayer la segunda jornada de protestas, que extenderán a todos los lunes del curso escolar, para que la Conselleria construya al fin un centro de ladrillo tras 13 años impartiendo clases en barracones. Hace dos semanas se voló una pieza metálica del techo, por lo que algunos alumnos acudieron con casco como protesta.