Un terremoto de pequeña magnitud (2.1) alertó ayer de nuevo a la población de Torrevieja poco después de las nueve de la mañana. El temblor, con epicentro en el mar, a once kilómetros de la costa de la Vega Baja, fue percibido en la ciudad sin más consecuencia que el habitual «susto» y los posteriores comentarios con los que se experimentan este tipo de microseísmos que son relativamente habituales en la comarca. El pasado 11 de enero se producía otro seísmo de magnitud 3.3 con epicentro al SE de Los Montesinos, pero la Unidad de Registro Sísmico de la Universidad de Alicante ha registrado tres más de menor magnitud en los últimos cuatro meses en las proximidades de Torrevieja. La hora «laboral» a la que se produjo el de ayer aumentó su nivel de percepción entre la población. Se pudo sentir en el interior de las viviendas y en la calle, y fueron muchos los docentes que aprovecharon la ocasión para explicar a sus alumnos el fenómeno. Tal y como está la «tectónica», la llegada a Torrevieja de una reliquia de San Emigdio, patrón protector contra terremotos, el próximo domingo viene como agua de mayo.