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Orihuela

Siete siglos de historia que necesitan una revisión

Gran parte de las más de 5.000 piezas entre libros y legajos que forman el Archivo Municipal desde el año 1321 necesitan ser restauradas, una labor que realiza el Ayuntamiento y el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración

El archivero municipal revisa cajas de documentos. LOÍNO

Un fragmento del libro de cuentas del consistorio oriolano datado en 1321 es el documento más antiguos que se puede consultar en el Archivo Municipal. Ha sido restaurado recientemente, aunque aún así su lectura es compleja. Para garantizar la conservación de estos volúmenes, el Ayuntamiento de Orihuela, en colaboración con el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, restaura cada año una media de unos cuatro o cinco libros al año, un ritmo que no es suficiente para garantizar, a corto plazo, la restauración de la totalidad del archivo. El elevado coste económico, que dependiendo del tamaño del volumen varía desde los 250 hasta los más de 2.000 euros, así como la dificultad de los trabajos para no perder la esencia del original y restaurar hasta el último detalle, hace que no sea viable la restauración total del archivo. Y es que, según apunta el archivero municipal, Jesús García, habría que restaurar gran parte de los documentos que se conservan, por lo que se priorizan aquellos libros que poseen un mayor atractivo para los historiadores o tengan mayor relevancia para el patrimonio histórico y cultural de la ciudad.

Y es que es difícil elegir entre los miles de documentos que se apilan en los más de 5.000 libros y legajos que guarda, a buen recaudo, la Biblioteca Pública María Moliner. Un tesoro de gran valor histórico y patrimonial que permite echar la vista atrás y reconstruir la historia del municipio a través de toda la información que guarda. Actas municipales, libros de cuentas, censos del Registro Civil, planos de la ciudad... Un sinfín de información que ha resistido al paso del tiempo y que se encuentra a disposición de cualquier ciudadano que tenga curiosidad por descubrir la historia del municipio. Organizar tal volumen de información no es nada fácil, máxime cuando «no está ordenada cronológicamente, ni siquiera dentro de cada uno de los libros encuadernados», tal y como apunta Jesús García, el archivero municipal. «La mayoría de libros datan del siglo XVII, cuando se decidió encuadernar todos los documentos que había sueltos de un sitio y de otro, y se hicieron sin ningún criterio». Por tanto, clasificar, organizar y localizar toda la información para su recuperación por parte de todos los ciudadanos ha sido el trabajo de Jesús durante más de 20 años que lleva al frente del archivo.

Y es que, a diferencia de otras bibliotecas, la consulta de estos volúmenes está abierta a cualquier ciudadano, sea o no historiador. Las únicas restricciones se aplican a aquellos documentos que, debido a su avanzado estado de deterioro, se encuentran especialmente protegidos y no puedan ser consultados por el peligro a que se destruyan irremediablemente. Del mismo modo, para garantizar la conservación de todos los volúmenes, éstos se encuentran guardados en unos compactos, protegidos de la luz solar y con una temperatura en torno a los 22 grados centígrados.

Entre los documentos más valiosos, García destaca el Libro de Privilegios de 1415, el libro de actas del Consell, las actas de los plenos o algún volumen de escritores reconocidos de la ciudad, pues son los que «reflejan la vida de la ciudad en el día a día hace varios siglos», señala.

Y es que, por ejemplo, los libros de actas del Ayuntamiento se conservan prácticamente íntegros desde el 1353 hasta el año 1945. A partir de esta fecha, el archivo municipal se guarda en el propio Consistorio. Como curiosidad, destaca el hecho de que prácticamente la mitad de estos documentos (hasta el año 1707) se encuentran en valenciano, a pesar del poco calado de la lengua en la sociedad actual, aunque también pueden encontrarse algunos fragmentos en latín.

Árbol genealógico

El mayor número de solicitudes de documentos tanto de particulares como de historiadores está relacionado con el estudio de la Guerra Civil. «En los últimos años ha suscitado un gran interés, La Guerra Civil, La República... Hay mucha gente que viene a ver cómo se vivió en Orihuela esa época, qué documentación se guarda o cómo se gestionó el Ayuntamiento durante esos años», apunta el archivero.

Sin embargo, más sorprendente es aún el número de consultas tanto de extranjeros como de vecinos de Orihuela y la comarca de la Vega Baja que acuden al archivo en busca de la reconstrucción de su árbol genealógico. «Aquí guardamos los documentos del Registro Civil, cuando este dependía del Ayuntamiento. Son muchas las personas que emigraron hace años y que viven actualmente en el extranjero y que buscan sus orígenes en la ciudad».

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