El presidente de la Asociación de Empresas de Hostelería de Torrevieja y Comarca (AEHTC) , José Antonio Lozano, reclamó ayer al equipo de gobierno del PP que trabaje para informar con la máxima transparencia sobre el proyecto de reordenación de la dársena portuaria, conocida popularmente como el «relleno»reordenación de la dársena portuaria. Los empresarios piden conocerlo para que la remodelación no se aborde por la vía de «los hechos consumados». Para Lozano y su junta, esta propuesta debe ser «el motor» que tire de la hostelería y el comercio local y estiman que constituye una oportunidad única para Torrevieja y para la recuperación de su hostelería y de su comercio en el casco urbano, muy castigado por las grandes superficies de la periferia y de Orihuela Costa. El recinto portuario, con unos 100.000 metros cuadrados, es, dicen, «la joya de la corona», porque ningún municipio turístico de entidad mantiene a día de hoy una posibilidad de ensanche en primera línea como Torrevieja y la puesta en valor de este espacio supone el «último cartucho» para desarrollar el futuro de la ciudad. Una visión, aseguran a INFORMACIÓN, que están convencidos comparte el gobierno local.
La asociación solicitó datos sobre el proyecto en la Mesa Local de la Hostelería porque alguno de sus miembros tenía constancia de que se estaba ultimando su presentación «oficial» y no se les había informado. El alcalde, Eduardo Dolón (PP), les especificó de forma muy genérica que se trata de una iniciativa que requiere de una inversión privada estimada en 25 millones de euros, cuenta con la garantía de que existe el respaldo de un promotor interesado -sin especificar si se trata de un proyecto que debería ofertarse al concurso público por parte de la Generalitat- y de que contempla, entre otras actuaciones, una ciudad de minigolf destinada a los más pequeños, además de mantener el espacio para la Feria de Atracciones y de reubicar el mercadillo «de los hippies» bajo el dique de Levante. Pero, sobre todo, se dedicaría gran parte de la extensión restante a una zona de esparcimiento y reservaría 500 plazas de aparcamiento. La principal propuesta del proyecto, como los cinco anteriores malogrados desde los 90, es que el casco urbano deje de dar la espalda al mar derribando la valla que separa el «relleno» del Paseo de La Libertad. La propuesta contemplaría la implantación de una línea de hostelería con un número indeterminado de establecimientos. Un aspecto que preocupa y mucho a los hosteleros locales que llevan años apostando por invertir en el centro para no echar el cierre y que ven en esta sobreoferta una amenaza para su supervivencia. Los hosteleros no han recibido un boceto con el plano de distribución de las ideas que les han trasladado. «La remodelación debe ser un polo de atracción, nuestra plaza mayor, no algo que nos barra. Debe ser un motor y no una apisonadora que suponga un retorno económico para el resto de la ciudad», subrayan.
Adjudicación
Los hosteleros piden al alcalde que exponga los detalles de esta reordenación a todos los sectores implicados dado que, al contrario de lo que declaró el primer edil ayer, consideran que no han recibido una información suficiente sobre un asunto que concierne a un espacio público. El regidor no ha llegado a citar en sus reuniones que el proyecto requiera de un concurso gestionado por la Generalitat y en el que el Ayuntamiento no tiene competencias. El puerto es dominio público y depende de la Dirección General de Puertos. Este concurso requiere de un pliego de condiciones abierto a todas las empresas que acrediten solvencia para recurrir, de ahí la extrañeza de que el gobierno local haga referencia a que existe el compromiso previo de un inversor.
