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Orihuela

Una piedra con pasado y presente

El Ayuntamiento recupera una pieza de almazara del siglo XIX encontrada por un trabajador

Una piedra con pasado y presente

El Ayuntamiento de Orihuela recuperó ayer una piedra de un molino de almazara con una antigüedad que podría datar del siglo XIX o incluso anterior y que dos trabajadores de un taller de empleo municipal se llevaron sin permiso de una obra. Una vez que la roca con forma cilíndrica estaba guardada en el almacén de uno de ellos, el obrero pensó que podría sacarle algún rendimiento económico y ni corto ni perezoso fotografió la piedra y la puso a la venta en internet. Tras recibir múltiples presiones para que la devolviera y bajo la amenaza de poder ser denunciado por expolio, el trabajador decidió entregarla ayer, lo que obligó a movilizar un camión grúa para poder retirarla de su vivienda.

El hallazgo de la piedra de almazara ocurrió hace unas tres semanas junto a la calle Castillo, donde el Ayuntamiento ejecuta una obra para adecentar la zona y abrir un nuevo vial entre las viviendas. Tras derribar una de las casas, José Martínez y Manuel Martínez, dos de los obreros del taller de empleo, encontraron una piedra muy lisa y de la que solo se veía la base. Con la ayuda del trabajador que manejaba una pala para retirar los escombros consiguieron desenterrarla y se llevaron una gran sorpresa al ver que era bastante más grande de lo que pensaban. Sin pensarlo dos veces, los dos empleados pusieron en pie esta pesada pieza y la rodaron calle abajo hasta el almacén de uno de ellos.Curioso

José Martínez explicó ayer que si se le llevaron fue porque iba a acabar en un contenedor de escombros y les pareció algo muy curioso. Aseguró que tras poner el anuncio en internet, recibió varias ofertas, una de ellas de hasta 150 euros. Pero este hecho llegó a los oídos del arqueólogo municipal, Emilio Diz, quien pudo ver las fotos en una web y reivindicó que dicho hallazgo era de propiedad municipal. Los acontecimientos dieron lugar a múltiples bromas entre los vecinos del barrio, quienes advertían al obrero que custodiaba la piedra que si no la entregaba podía acabar en la cárcel. Tras varios días de negociaciones, el trabajador accedió a devolverla pero con una condición: que se firmara un acta en la que se reconociera que los dos oriolanos que encontraron la piedra de almazara han sido los que la han donado. Diz explicó ayer que posiblemente la almazara de aceite no se encontraba en la casa en la que se halló la piedra puesto que por sus dimensiones se deduce que las otras piezas necesarias para moler la aceituna no cabían, apuntando igualmente que las almazaras solían ubicarse cerca de los olivares y no en el casco urbano.

Finalmente sus deseos se hicieron realidad y ayer el arqueólogo firmó el acta de donación y supervisó la retirada de la enorme piedra con ayuda de una grúa y ante la expectación de los vecinos para custodiarla en dependencias municipales. Por supuesto acudieron gran parte de los empleados del taller de empleo, quienes bromearon con el final de toda esta historia y preguntaron por qué no se excavaba más para ver si aparecían nuevos restos, algo que el arqueólogo rechazó porque no es una zona de protección y no habría nada más de interés.

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