El excursionista de Santomera, de 31 años, que falleció el lunes mientras subía al Pico del Águila, sufrió un infarto, según confirmó ayer la autopsia, según los datos recabados por este diario. La confusión que reinó durante las primeras horas, el hecho de que se hiciera de noche mientras se realizaba el rescate tanto del cadáver como de sus dos compañeros, impidió hasta bien entrada la madrugada conocer con detalle lo ocurrido.
Al parecer, el joven comenzó a encontrarse mal en plena subida y, según el relato de sus compañeros, comenzó a rezagarse por lo cual estos le dijeron que les esperara al regreso de hacer cumbre. Cuando volvían se lo encontraron muerto. El aviso y el hecho de que estuvieran en un lugar habitual de accidentes de montañeros hizo el resto. El rescate finalmente se llevó a cabo en la madrugada, pese al peligro que encerraba la subida y bajada con el cadáver en una camilla.
