Los técnicos forestales de la Diputación de Alicante han cifrado en 160.000 euros el plan de choque que necesita la Sierra de Redován para atajar la plaga del «tomicus destruens», un insecto que seca los árboles hasta dejarlos sin vida y que en la localidad ha arrasado ya más de 800 ejemplares en pocos meses, lo que supone el 40% de una pinada que cuenta con 70 años de historia. Las medidas para atajar la expansión de este coleóptero se empezarán a aplicar la próxima semana y se sufragarán con fondos de la Generalitat, de la institución provincial y del Ayuntamiento.

El alcalde, Emilio Fernández, quiso ayer lanzar un mensaje de tranquilidad a sus vecinos debido a la creciente preocupación por el aspecto que presenta la pinada, que en pocos meses ha pasado de un verde intenso a un color marrón debido a los centenares de árboles que han perecido con la plaga. En este sentido, el regidor explicó que la administración local no ha permanecido impasible ante este problema medioambiental y ha mantenido diversas reuniones con representantes de la conselleria del área y del ente provincial para poder diseñar el proyecto de intervención en la pinada para atajar la plaga. Dijo que el proyecto contempla eliminar los árboles afectados, colocar cebos para evitar que este coleóptero siga saltando de un árbol a otro y mejorar el riego de los ejemplares mediante actuaciones que permitan retener mejor el agua de lluvia. Y es que la sequía del último año no ha hecho más que facilitar las condiciones para que el insecto se reprodujera con más facilidad.

Voluntarios

Fernández cree que hay motivos para creer que se puede salvar el 60% de la pinada que todavía no se ha visto afectada gracias a las actuaciones que se acometerán desde la próxima semana y a que, afortunadamente, está lloviendo más. Asimismo dijo que numerosos vecinos han mostrado su disposición a colaborar como voluntarios en los trabajos de extinción y que el Ayuntamiento hará todo lo que esté en su mano para frenar la plaga. No obstante, el regidor avanzó que los ejemplares que han muerto no se reforestarán porque los árboles necesitan un espacio de ocho metros cuadrados y si se aumenta la masa forestal se facilitaría que en años venideros este insecto pueda expandirse con la misma facilidad.

El primer edil dijo que la Generalitat, que anunció una partida de 200.000 euros para atajar este problema, se ha comprometido a invertir 450.000 euros más en 2015, mientras que el concejal Adrián Ballester anunció que la Diputación también destinará fondos en sus nuevos presupuestos.