El video dura poco más de un minuto y medio y el autor lo denominó «Torrente». Se quedó corto. Ocurrió el 28 de septiembre de 2012 y se tomó con una cámara fija colocada en una de las terrazas con la cual sólo se pretendía captar la impresionante «cascada», tal y como lo define uno de los vecinos, que caía por la Sierra hasta las viviendas. Todo parecía normal.
Mientras el cielo jarrea se escucha a una mujer decir de repente: «¡Huy!». Ha visto algo. Segundos después, alguien añade: «¡Ostras!... ¡ostias!» y en la pantalla aparece un alud de piedras, arbustos, troncos, arena,... que prácticamente ocupa media pantalla durante diez segundos. Todos se quedan atónitos unos instantes y alguien dice de pronto: «¡Llama a la Policía!, ¿tenéis un móvil?». Otra voz añade: «¡Eso le ha aplastado la casa a los vecinos!».
Ese día, en otros barrios colindantes con la Sierra de Orihuela hubo otros vecinos que sufrieron inundaciones. Los más previsores, como los que viven en la calle Barranco -no hace falta explicar el porqué de este nombre- colocaron unos portones de madera, similares a los que se colocan en cualquier acequia, para evitar que el agua lo anegara todo. El episodio del alud, como tantos otros, pasó desapercibido. Sólo quedó esta grabación que advierte del peligro que ronda a estos vecinos cada vez que llueve. ¿Solución? Es difícil encontrarla. En muchos casos se trata de personas que han vivido toda la vida aquí, pero nunca había tenido miedo. Al menos, hasta ahora.
