Pasos de cebra que no llevan hacia ninguna parte y otros que apenas son visibles para los conductores y para los viandantes. El pintado de las señalizaciones de los populares «pasos de cebra» deja mucho que desear en algunas zonas del casco urbano de Orihuela en una situación de dejadez que se prolonga en el tiempo al punto de provocar que muchos ciudadanos ni se den cuentan del peligro que corren al bajar a la calzada, incluso, por las zonas habilitadas para los minusválidos -cuando existen- porque no se dan cuenta que nada ya los protege de los vehículos. Ni unas simples rayas de advertencia y de obligado cumplimiento para los conductores. En pleno centro, en los alrededores de la Plaza Nueva, por ejemplo apenas quedan algunas manchas más que rayas en varios de estos pasos. A pesar de ello, los ciudadanos siguen cruzando por encima de ellos más por costumbre, tradición o por ser recorridos habituales que por ser zonas seguros para pasar de una calle a otra y que los vehículos se detengan.
«Sobre todo los conductores que viene de fuera, que por el centro de Orihuela circula mucho, no ve el paso de cebra y pasan como locos y no paran, por lo que hay que ir con cuatro ojos a pesar de ser un espacio habilitado para viandantes», señalaba Rosa Carmona, una vecina del centro de la ciudad que atendió al diario al ser preguntada sobre esta cuestión.
Desgaste
El desgaste por la lluvia, el paso de vehículos y el tiempo han hecho mella en los distintos lugares de cruce seguro para los peatones y, a pesar de que muchas veces se procede al repintado en las zonas más céntricas, hay otras donde, durante años, «no se ha dado ni una sola mano de pintura», señala otro residente muy crítico con este asunto.
Este contraste se da, incluso en calles donde algunos de estos pasos habilitados lucen en todo su esplendor, recién pintado, mientras que otros, a apenas 20 metros, tienen líneas de pintura apenas son visibles sobre la calzada. La inversión en pintura y, sobre todo, en qué tipo de tipo, su duración y composición, ha sido uno de los temas más debatidos en muchos ayuntamientos durante años porque, muchas veces, estos contratos se adjudican a la baja sin tener en cuenta que el material bueno, el que resiste, es evidentemente el caro, pero el euro es el euro.
