La Policía Local de Orihuela se incautó el jueves de una plantación de marihuana custodiada por su propietario con un arma muy particular: una espada. Como si se tratara de un guerrero medieval, I. C. H., de 44 años, se dedicaba a cultivar esta droga en un recinto situado junto a la ladera de la sierra, detrás de la ermita de San Antón, y protegía su cosecha de los posibles ladrones con este arma blanca «de grandes dimensiones», según apuntaron fuentes policiales.

El hallazgo fue realizado por una patrulla de Absentismo Escolar que fue alertada por unos jóvenes a los que descubrieron en las inmediaciones del IES Gabriel Miró y a lo que les preguntó sobre su presencia ya que eran demasiado mayores y estos fueron los que les informaron de la existencia de la plantación y de su particular custodio.

Los agentes registraron la zona y encontraron un recinto semivallado con una caseta y varios gallos que, al parecer, eran de pelea, un perro, y la plantación de marihuana. Sin embargo, lo que más sorprendió a los agentes no fue la droga sino la presencia de una tienda de campaña en la que había un colchón y una espada muy afilada y de grandes dimensiones, lo que hace sospechar que el individuo pernoctaba en el recinto para vigilar su «cosecha».

A pesar de que el propietario no se encontraba en el momento de la intervención, la colaboración vecinal llevó a los agentes hasta el domicilio habitual de éste, que reconoció ser el propietario de las plantas de marihuana, de los gallos y de la espada, por lo que la Policía procedió a incautarse de la cosecha.