Ni una pista, ni un indicio, ni una posible explicación. Dos meses después de haber denunciado su desaparición, la familia de José Francisco Juárez López continúa sin saber nada de él. Cualquier hipótesis puede ser válida. Lo único cierto es que desde que el pasado mes de mayo José Francisco llevó su coche al taller, nadie más ha podido dar noticias sobre él. Se sabe que el coche de sustitución que le prestaron fue recogido días después por los mismos empleados del taller en la puerta de su domicilio, en la urbanización Torreta Florida. José Francisco no había vuelto a recoger el suyo, ya arreglado, y al no poder localizarlo -por costumbre no usaba móviles ni teléfonos-, fueron a su casa y recogieron el coche prestado.

Cuenta Inmaculada que esta «costumbre» de su hermano, unido a su carácter independiente y a que vivía en un área residencial periférica ha retrasado el momento de darse cuenta de su desaparición y denunciarla ante la guardia civil el pasado 4 de julio, tras la advertencia de un vecino de su urbanización que se percató de su ausencia continuada.

Con su pelo largo y canoso recogido detrás con una coleta, José Francisco, que tiene 64 años, fue la imagen más visible de la juguetería Guardiola. Uno de esos establecimientos de toda la vida situado en el mismo centro de Torrevieja que cerró sus puertas hace tres años. Muchos recuerdan su amabilidad y cordialidad en el trato. Allí exponía de vez en cuando en un jaulón alguna camada de perros o gatos, y desde allí les buscaba familias de adopción de manera desinteresada y, sobre todo, responsable.

Perteneciente a una conocida familia torrevejense, es precisamente esta especial sensibilidad hacia los animales una de las cualidades que más destacan quienes le conocen.

La entrada de bomberos y Guardia Civil en su vivienda de la Torreta no hizo sino dejar todavía con más preguntas a los familiares de José Francisco. Encontraron muertas algunas palomas y animales de corral que tenía en la casa, pero sus perros estaban vivos. Inmaculada afirma con rotundidad que nunca hubiera dejado solos a sus animales. «Es impensable que mi hermano los hubiera dejado a la buena de Dios». Mantenía contacto incluso con asociaciones protectoras de animales de Alemania y «les hubiera pedido que se hicieran cargo de ellos en caso de no poder atenderlos».

Búsqueda en laguna

En los rastreos efectuados por los efectivos del Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil en el entorno de la laguna de Torrevieja próximo a la casa no se ha hecho ningún hallazgo. No se ha obtenido ninguna pista. Tampoco ha habido movimiento en la cuenta bancaria de José Francisco. Finalizada la fase previa de la investigación que lleva la policía judicial, la alerta inicial de la búsqueda se ha rebajado. Sin noticias y con una orden judicial, que de momento, les impide el acceso a la vivienda de José Francisco o a su coche, a Inmaculada, como al resto de la familia, sólo le quedan conjeturas y la preocupación honda del no saber. Del no poder saber.

La familia también tiene en cuenta otras circunstancias. Siempre se tienen en cuenta. Su carácter introvertido, su tristeza tras la muerte de otra hermana hace tres años, su tendencia a la soledad. Se tienen en cuenta, sí. Pero tampoco les ofrecen una respuesta.