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Dolores

Sanidad rechaza atender en clase a una niña de 3 años con una traqueotomía

El Departamento de Salud de Orihuela aconseja que un educador aprenda a asistir a la menor si sufre asfixia

La pequeña Mónica, acompañada por sus padres Loino

La pequeña Mónica no comenzará hoy el curso como el resto de escolares de Dolores. La niña, que cumplirá tres años el próximo mes de noviembre, es portadora de una traqueotomía y de un botón gástrico que posibilitan que respire y se alimente como consecuencia de una malformación de nacimiento casi desconocida que le ha obligado a pasar 11 veces por quirófano para diferentes operaciones e innumerables veces más para controles y dilataciones periódicas. Aunque sus padres y los médicos aseguran que la menor está en condiciones de comenzar su etapa de preescolar, hoy no acudirá a su primer día de clase porque la Conselleria de Sanidad ha denegado la petición de disponer una enfermera en el colegio para que actúe en caso de que la cánula que le permite respirar se tapone o se salga de su sitio, porque habría que cambiarla en cuestión de segundos para evitar la asfixia.

La madre de la niña, Mónica Sáez, cuenta que desde principios de año comenzó a informarse y realizar trámites para que precisamente hoy su hija pudiera empezar el curso escolar, algo que por el momento no ha conseguido. Asegura que la menor ha pasado exámenes psicopedagógicos de varios tipos y de varios organismos diferentes y todos los resultados avalan su escolarización en un centro ordinario. Su único problema es que no puede hablar debido a la traqueotomía. Por ello, solicitaron que una enfermera estuviera en el centro escolar con el fin de salvaguardar su vida y cuidar de la cánula que le permite respirar. Su caso, conocido como «hendidura laringotraqueoesofágica» es tan especial que incluso el personal sanitario del Hospital Vega Baja llegó a ordenar su traslado a La Fe de Valencia en helicóptero en una ocasión en la que presentaba fiebre alta para que fuera atendida por personal más cualificado.

Educador

Pero a pesar de las peticiones de sus padres, la dirección de Enfermería de Atención Primaria del Departamento de Orihuela ha estimado que «la presencia física de una enfermera durante toda la jornada laboral en el centro educativo no es posibleenfermera no es posible, pues no se trata de un centro de educación especial» estimando que la posible salida de la cánula u obstrucción de la misma «se debe atender por el educador, debidamente adiestrado, siendo avisada la enfermera del centro de salud, desplazándose al centro educativo para valorar a la menor y proceder a realizar unos cuidados más especializados». Asimismo señala que la formación de dicho educador la realizaría personal de enfermería especializado en niños, algo que no convence a su familia al considerar que un educador ajeno a la práctica sanitaria no está cualificado puesto que según dice su madre «estamos ante un caso en el que no hay margen de error en caso de taponamiento o salida de la cánula». No obstante, el curso ha arrancado y nadie ha instruido previamente al educador para que Mónica pueda comenzar sus clases.

Por todo ello, los padres reclaman que se atienda el derecho a la escolarización de la niña en un centro ordinario, tal y como recomiendan los especialistas, porque todavía pasarán varios años hasta que su problema pueda solucionarse con una operación definitiva y quieren que disfrute de los mismas posibilidades que tienen el resto de los menores.

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