El Ayuntamiento todavía tiene esperanzas de recuperar de su estado ruinoso el edificio concebido por el arquitecto japonés Toyo Ito en la Punta la Víbora de la laguna de Torrevieja como futuro balneario de lodos. El alcalde Eduardo Dolón (PP) aseguró ayer a preguntas de INFORMACIÓN sobre el creciente interés en el atractivo turístico de estos baños en la laguna, que el proyecto, en el que se invirtieron a principios de la década pasada más de un millón y medio de euros, está paralizado por «la crisis económica». Los informes técnicos sobre la liquidación del gasto municipal realizado en su día para abordar la primera fase de la obra indican sin embargo que el principal escollo para finalizarla -solo se abordó uno de los tres edificios del complejo- es que se encuentra enclavada en dominio público terrestre, sin que en su día la administración local solicitara concesión de la dirección general de Costas del Ministerio de Medio Ambiente para llevarlo a cabo.

El singular edificio en forma helicoidal -conocido popularmente como La Caracola o el Zurullo-, paralizado desde 2006, está en semirruina. Presenta un estado lamentable, muy afectado por el abandono de años, robos -ha perdido la cubierta de cobre-, actos vandálicos y el incendio que destruyó parcialmente su cara externa en marzo de 2012. El balnerio es citado ahora como uno de los ejemplos de despilfarro de dinero público durante la época de bonanza económica.

El Generalitat, a través de la dirección del parque natural, prohíbe expresamente con cartelería los baños en esta laguna y la extracción de lodos de sus orillas. Todos los días de este verano, docenas de visitantes se acercan a la Torreta III, junto a la calle Sol para tomar un baño en la singular laguna rosa.