Conservar el patrimonio permite que las nuevas generaciones aprendan y comprendan como vivían sus antepasados. Cada edificación o pieza esconde tras de sí una historia que se puede contar una y otra vez sí se logra, con su cuidado, que pervivan en el tiempo. El patrimonio se convierte así en un tesoro que habla por sí mismo y desvela las costumbres de una ciudad que pueden ser tan variopintas como aquello que se conserva. La ciudad de Orihuela puede presumir de guardar muchos tesoros como una completa botica que revela los remedios que los médicos del siglo XIX administraban a sus pacientes.
En perfecto estado de conservación, la Concejalía de Cultura tiene en su haber casi todos los botes que conformaban la farmacia del Hospital San Juan de Dios, edificio que desde abril de 2013 acoge la primera biblioteca municipal de la ciudad bajo el nombre de María Moliner. Una veintena de botes con remedios de todo tipo como hojas de achicoria o flor de borraja -ya que van perfectamente etiquetados- así como hasta quince botellas de cristal y diversos ungüentarios que también conservan todo su contenido (acetato sódico, azmicle artificial, aceite belladona, aristol...) y que cuentan cómo era la farmacia del siglo XIX de Orihuela.
Según relata la técnico del área de Cultura y directora de la biblioteca, Mari Carmen Sánchez, estos botes pasaron a ser propiedad municipal en 1892 cuando lo hizo el hospital tras haber pasado por las manos de la orden de San Juan y las hermanas de la Caridad entre los siglos XVII y XIX. También se conserva un inventario manuscrito que desvela que la farmacia se mantiene prácticamente completa y marca datos de interés como la procedencia de estas piezas que fueron adquiridas en Barcelona en el siglo XIX. Hasta hace unos años estos botes estaban expuestos en la segunda planta del Palacio de Rubalcaba como otras piezas de interés patrimonial. Sin embargo, dadas las necesidades de rehabilitación de esta edificación que se erige frente al Hospital San Juan de Dios, las piezas comenzaron a ser custodiadas, totalmente embaladas y precintadas, en un lugar seguro que no se puede desvelar para su mayor protección. Respecto a este asunto, Sánchez comenta que «no hemos querido limpiar los botes hasta que un restaurador lo haga correctamente».
Exposición
Ahora, estos botes salen a la luz porque una de las ideas que comparten tanto la directora de la biblioteca como la concejal de Cultura, Rosa Martínez (PSOE), es la de que la farmacia del Hospital San Juan de Dios se exponga en este mismo edificio para que no pierda su esencia aunque ahora sea una biblioteca pública.
El proyecto se encuentra en fase de diseño pero desde la Concejalía pretenden ubicar los botes en un expositor y en una parte visible de la biblioteca con cartelería que dé a conocer a todos los visitantes que el edificio donde se encuentra fue un hospital y que contó con una amplia farmacia que se conserva prácticamente íntegra. De hecho, el proyecto de construcción de la biblioteca contemplaba la conservación de los principales elementos del edificio que albergaba el Hospital, por lo que con esta exposición, el Ayuntamiento sigue en la línea de recuperar la historia de Orihuela, a través de su patrimonio.
