Los agricultores no quieren ese agua desalinizada por dos motivos. El principal es el precio. Pero al pago de un valor muy elevado y que puede incrementarse con los costes de transporte hasta el punto de destino, se suma el que se adquiere un recurso puro, sin los minerales y composición que sí aporta el abastecimiento del trasvase Tajo-Segura, la de los pozos e incluso la que se obtiene, de menor calidad y con mucha salinidad, al estar compuesta en su mayor parte por aguas residuales tratadas de los municipios de la Vega Media de Murcia, por parte de los regantes tradicionales del río Segura. Unos aportes que además del agua son primordiales para los cultivos. En definitiva, los regantes aseguran que no van a apostar por un agua «desmayá».