Tranquilo, rodeado de carpetas temáticas y con la seguridad de hablar sobre algo que le apasiona, Miguel Ángel Ródenas encara el nuevo año hidrológico sabiendo que si no llueve va a haber que tomar medidas excepcionales para suplir con recursos del Segura lo que no llegue desde el Tajo, que ya se encuentra en «sistema prealerta». Por ello, afirma, «tenemos preparadas las baterías estratégicas de sondeos» (pozos de sequía) para cuando hagan falta.

La situación en la cabecera del Tajo no apunta bien para el próximo año hidrológico. ¿Está el Segura en mejores condiciones?

La situación actual en la cuenca del Segura, en regadío, no es de sequía. Nosotros tenemos 260.000 hectáreas: en torno al 60% dependen del agua del Segura y el resto de los recursos del trasvase del Tajo, más pozos y algo de superficiales. Por tanto, el sistema de cuenca está bien, pues tenemos en estos momentos una situación privilegiada, al estar al 70% de nuestras reservas, con 772 hm3. Es el mismo nivel que el año pasado, que también fue histórico, y que denominamos «de normalidad». El sistema Trasvase, por el contrario, está en prealerta y con una bajada espectacular.

¿A qué puede deberse esta diferencia?

En el Segura se ha producido una paradoja, pues ha llovido muy poco, de ahí la sequía que padece el secano. La media ha sido de 113 litros por metro cuadrado en toda la cuenca en lo que va de año hidrológico, mientras que la histórica se sitúa en 365 l/m2. Pero las aportaciones se han mantenido. En concreto, ha habido 412 hm3, es decir, lo mismo que en un año medio según la serie histórica de 84 años. Y es un fenómeno que nos sorprende un poco; quizá sea porque al tener los embalses de cabecera muy altos, se han ido recargando los acuíferos y manantiales. Y por ello, el panorama en la cuenca para este año y el que viene es bastante bueno.

Pero ¿qué pasa con el Trasvase Tajo-Segura?

Este año hidrológico, según el balance ya cerrado, ha funcionado muy bien pues se han trasvasado 486 hm3, que sobre los 600 hm3 de máximo que hay autorizados, supone que ha llegado el 80%. Así ha venido un año muy bueno. Pero la sequía ha hecho que todo el regadío demande más agua, pues la parte de lluvia no ha estado, y los consumos se han disparado. Además, como ha habido buenas ventas de productos agrícolas, no ha quedado prácticamente ni una hectárea sin cultivar. Por eso las demandas de agua han estado por encima de lo previsto, tanto en cuenca como en trasvase. En cuenca teníamos una previsión de 404 hm3 y nos vamos a ir casi a los 500 hm3. En la cabecera del Tajo estamos en situación de prealerta y vamos a ver qué puede pasar si sigue sin llover.

¿Cómo se va a preparar para esta situación la cuenca del Segura?

Nosotros tenemos, para cuando el regadío entre en una situación peligrosa de falta de recursos, una serie de baterías estratégicas de sondeos, ligadas al río, y que suponen una fuente rápida de atender las necesidades. En este momento estamos viendo los mecanismos para poder poner en marcha las baterías, pero no para abrirlas ya, sino tenerlas previstas. Siempre sería para el regadío, y, para zonas que dependen del Trasvase. Son unos 160 pozos de sequía.

¿Ha lanzado la Confederación una llamada de atención al Ministerio advirtiendo de la situación que se avecina, si sigue sin llover?

Nosotros, a la vista de estos indicadores, estamos viendo qué tenemos que hacer. En ese sentido, el Plan de Cuenca del Segura ya previó esta situación y para determinadas actuaciones y condiciones no va a ser necesario un decreto de sequía. Así, el artículo 48 permite autorizar medidas extraordinarias como la apertura de las baterías estratégicas sin necesidad de ese decreto. Pero siempre hablamos para el regadío.

¿Tal vez por eso el Ministerio es tan reacio a aprobar el decreto de sequía que reclaman los agricultores?

En esta situación hay dos partes, la parte de agua y la de agricultura. El secano es agricultura y el organismo de cuenca es la parte de agua, pero ésta está bien. Lo que nos dice el Ministerio es que nosotros resolvamos estos pequeños problemas de arbolado y en eso estamos.

Son herramientas, pues, que se incluyen en el plan que fue definitivamente aprobado el pasado 12 de julio. Muy a tiempo.

Sí, estaba muy atascado por la cuestión territorial, pero el 12 de julio apareció en el BOE. Es un documento de ordenación de todo el uso de agua. Hay que destacar el déficit, pues sale con 480 hm3 en números rojos, lo que supone un desequilibrio entre los recursos y las demandas de la cuenca. Por eso, necesitamos el Plan Hidrológico Nacional para hacer esta corrección, pues estamos sobreexplotando acuíferos para cubrir el déficit. De hecho, se sacan unos 285 hm3, aproximadamente el 60% del total. Y los derechos de agua otorgados son mayores que los recursos disponibles.