El exalcalde tendrá que observar rigurosamente los horarios y deberes si no quiere perder el privilegio de cumplir la condena en el MER. A las 8 horas en pie para el recuento celda por celda, a las 9 horas el desayuno y a continuación actividades y patio hasta las 13.30 horas, que es el momento de la comida. De las 16.30 a las 17 horas a dormir la siesta en la celda y de nuevo al patio o a realizar las actividades programadas hasta las 20 horas. Llega entonces el momento de la cena y posterior subida a las celdas hasta el día siguiente a las ocho de la mañana. Y así un día tras otro hasta que cumpla la condena. Hernández podrá apuntarse a clases de informática, idiomas, dibujo, manualidades, jardinería y todo ello lo tendrá que complementar con las tareas no remuneradas que se alternan entre los diferentes grupos del MER. Pero también deberá colaborar, como cualquier otro interno, en el reparto de la comida y oficio, la limpieza de los espacios comunes con las duchas y váteres incluidos y, paradójicamente, la recogida de la basura de su módulo. J.C.P.G.