La autovía A-7 Alicante-Murcia a la altura del término municipal de Cox, registró ayer tarde el accidente más grave en España en lo que va de año, con ocho personas fallecidas -al menos dos de ellas menores de edad- y un herido grave que al cierre de esta edición se encontraba fuera de peligro e ingresado en el Hospital Vega Baja, en Orihuela.

En el accidente se vieron implicados un camión-tráiler de cinco ejes, cargado de tubos de plástico, que «saltó» literalmente la mediana de la vía rápida tras perder su conductor el control por causas que están por aclarar y arrollar a una furgoneta Citroën Jumper que iba en sentido contrario y en la que viajaban las ocho personas que perdieron la vida. En la provincia hay que remontarse hasta abril de 1998, en Villafranqueza, para encontrar un accidente más dramático. En aquella ocasión fueron doce los fallecidos, todos pasajeros de un autobús que volcó. En 1991 hubo cuatro jóvenes estudiantes muertas en un accidente con 11 heridos en esta misma A-7 en Crevillent, y en 2006, 30 heridos en una colisión entre Villena y Sax.

El accidente de Cox ocurrió sobre las 16.40 horas, según las primeras informaciones que llegaron al Centro de Información y Coordinación de Urgencias. Se produjo a la altura de la salida de la autovía A-7, que enlaza también con Albatera, Granja de Rocamora y el polígono industrial Mos del Bou. En el punto kilométrico 543. Por causas que se desconocen, el conductor del tráiler, que al cierre de esta edición estaba ingresado politraumatizado y que dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas -informó el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil- perdió el control cuando se dirigía en sentido Alicante-Murcia y «voló» por encima de la mediana colisionando de lleno contra la furgoneta de ocho plazas. El choque fue brutal porque el furgón fue arrastrado hasta un desnivel que sirve como desagüe de las aguas pluviales cayendo ambos vehículos a su interior un par de metros y convirtiéndose en un amasijo de hierros en cuestión de segundos. A continuación se escucharon dos explosiones mientras que algunos conductores lograban detener sus vehículos y trataban de auxiliar a las personas que estaban dentro. No había gritos. Nada se escuchaba.

El testimonio recogido por los agentes y al que tuvo acceso esta redacción es muy confuso. Al parecer, dos de las personas fueron sacadas del interior de la furgoneta, aunque al llegar al lugar los servicios de emergencia sólo pudieron certificar que estaban muertas. Mientras, en el interior de este vehículo perecían las otras seis calcinadas. Al parecer, por el estado del furgón nadie se dio cuenta que había más personas dentro. El espectáculo en cuestión de segundo, mientras avanzaban las llamas, se convirtió en algo dantesco. El conductor también fue ayudado a abandonar la cabina.

Ambulancias

A partir de ese instante, las ambulancias, los vehículos de bomberos -hasta cuatro- y los efectivos de la Guardia Civil que se desplazaron al lugar sólo pudieron constatar que estaban ante un accidente muy grave del que ni tan siquiera sabían el número de fallecidos porque la furgoneta había quedado aplastada y su altura no iba más allá de medio metro.

A las seis de la tarde sólo habían recuperado tres cadáveres pero comenzaron a darse cuenta de la gravedad del accidente porque la furgoneta tenía ocho plazas y todas ocupadas. Las camillas fueron sacando lentamente los cadáveres, para lo cual los miembros de los bomberos tuvieron que descerrajar el vehículo.

Los trabajos obligaron a cortar uno de los dos carriles en dirección a Crevillent y ese acceso a la autovía mientras se multiplicaba el número de guardias civiles implicados en una lenta tarea que, al cierre de esta edición, se normalizaba, aunque el camión no fue retirado hasta pasadas las once de la noche.

La identificación de los fallecidos no fue fácil. Según confirmó este periódico, entre las personas que ayer perdieron su vida hay, al menos, dos menores que podrían tener entre seis y siete años y de las otras seis víctimas hay tres varones y tres mujeres. Todos ellos podrían proceder de Vera (Almería), donde se había alquilado el furgón, por parte de un ciudadano rumano.

Sobre las causas del accidente se baraja que el tráiler pudiera sufrir un reventón, algo parecido a lo que ocurrió la semana pasada en Alaquàs (Valencia) y que costó la vida a un niño que viajaba en un vehículo que circulaba en dirección contraria junto a su familia. Algunos testigos también aseguran que el camionero no tuvo prácticamente tiempo de hacer nada.