Desde el sosiego que da el pensar que todo ha acabado por este año, las Fiestas de la Reconquista de 2014 serán probablemente las más recordadas en mucho tiempo por todo lo que ha ocurrido. Y festeros y políticos (todos) deberían sentarse tras pasar este verano a dar soluciones que garanticen la continuidad de este espléndido espectáculo sin que los titulares de Prensa se desvíen de la atención de los desfiles, de la música y de lo que supone para Orihuela este ejercicio de unión y camaradería indescriptible y sin igual. Negar que la fiesta ha sufrido un pálpito sería negar una realidad. Ahora, con un año por delante es el momento de evitar que esto vuelva a pasar.