Un disfraz y ganas de pasarlo bien y hacerlo pasar a los demás. Estas son los ingredientes principales de la retreta, el desfile más gamberro de las Fiestas de la Reconquista que ayer llenó las calles de Orihuela de cientos de festeros y como no podía ser de otra forma, de miles de personas dispuestas a disfrutar con el ingenio de cada comparsa a la hora de elegir la temática de este particular carnaval.

Aunque la retreta suele marcar el ecuador del programa de fiestas sirviendo de desfogue a los festeros de los actos más formales, este año se adelantó y se colocó en el arranque de la semana pero esto no impidió que los comparsistas disfrutaran a lo grande de este desfile que aunque desenfadado, está recuperando poco a poco el orden que le caracterizaba en sus inicios. Esto ha sido posible gracias a la medida impuesta el pasado año por la Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos «Santas Justa y Rufina» de que cada festero llevase un sello con el símbolo de la Junta Central para que ninguna persona ajena a la fiesta se cuele en la actividad y provoque, como ha ocurrido en varias ocasiones, alboroto.

Los encargados de abrir este desfile fueron los embajadores cristianos, la comparsa Seguidores de Arun y Ruidoms que trasladó la ciudad a la Antigua Roma con soldados y algún que otro emperador. Tras ellos los Contrabandistas tiñeron de rosa el desfile con decenas de cajas de la popular «Barbie» con todos sus accesorios y por supuesto, su inseparable «Ken». Entre estas muñeca había una edición especial de la Barbie «Tolerancia» ya que se trataba de una muñeca que representaba a la ganadora de Eurovisión, Conchita Wurts.

La critica llegó con los Caballeros del Rey Fernando quienes trasladaron el mercado por toda la ciudad reprochando la indecisión del concejal Manuel Gallud (Los Verdes) a la hora de elegir una ubicación para los zocos de Orihuela. Señales de prohibido aparcar por la ubicación del mercado, clientas y vendedores consiguieron sacar una carcajada a más de uno. Muchos de ellos vendían frutas como las que llegaron poco después de la mano de los Caballeros Templarios. Tras ellos los Tadmires decidieron un año más vestir su traje de media gala el que adornaron con pelucas y enormes gafas. El bando cristiano lo cerraron los Caballeros del Oriol que, aunque de mimos, no paraban quietos mientras que los Piratas Bucaneros convirtieron el desfile en una atracción de un parque temático.

El bando de la media luna lo abrió la cabalgata de Disney que protagonizaron los Moros Abdelazíes llenando de ilusión el desfile. Con ellos los Realistas y los Beduinos trajeron los tradicionales juegos de mesa del Parchís y el dominó. Por detrás, al cierre de esta edición, aún quedaban por salir las comparsas Almorávides, Moros Viejos, Nazaríes, Escorpiones, Almohábenos, Negros Egipcios y J'Alhamed que de seguro también hicieron disfrutar al público.