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Antonio Franco

«Estoy feliz con mi cargo pero no es justo que se mezcle con juegos políticos»

Su nombramiento como Síndico Portador de la Gloriosa Enseña del Oriol no consiguió el consenso de la Corporación porque se vio ensombrecido por su condición de imputado en el caso Brugal tras su etapa como concejal junto al exalcalde popular, José Manuel Medina

«Estoy feliz con mi cargo pero no es justo que se mezcle con juegos políticos»

¿Quién es Antonio Franco y por qué merece ser Síndico?

Simplemente un festero pero con mucha experiencia porque he tenido la gran suerte de poder haber dirigido la Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos durante la mitad de sus cuarenta años. También he sido dos veces presidente y presidente honorífico de los Moros Almorávides, embajador moro y festero de honor pero los cargos no se corresponden con este mérito. Esto quiere decir que he estado a varias escalas dentro de la fiesta pero lo que verdaderamente me honra es ser festero y lo que me ha permitido ser Síndico, si no, no hubiera sido posible. Aunque tengo que decir que yo he ido siempre de la mano de mis equipos que me han ayudado en todo lo que he hecho estos veinte años.

¿Cómo nació este festero?

Conocía las fiestas de Moros y Cristianos en Villena. Aquello me gustaba mucho y hablamos de hacer algo en Orihuela pero nunca nos tiramos hacia adelante. Me incorporé a las de Orihuela en el año 76 -dos años después de sus inicios- tras un acto en el Riacho donde se celebraba la fiesta del embajador moro Don Antonio Vicea, un concejal que era amigo de mi padre. Me dijo que pasara y allí arrancó todo. Me licencié del servicio militar y en el mismo año ya fui presidente de los Almorávides. Empezamos 13. Ahí comenzó una carrera de amigos, de interés por hacer una fiesta lo mejor que creíamos, con los medios que habían.

Una carrera que le llevó a presidir la Junta que rige la fiesta...

Fue algo inesperado porque nunca me imaginé que iba a ser presidente de la asociación cuando me lo pidió su presidente Domingo Espinosa. Entré con dudas pero no fue difícil porque todos estábamos de acuerdo ya que teníamos un mismo objetivo: hacer cosas grandes con poco dinero. Había dispuestas pero pronto se acababan porque lo que queríamos era fiesta.

La fiesta no paró de crecer y consiguió ser declarada de Interés Turístico Comunitario.

Sí. Se publicitaron las fiestas mucho. Desfilamos en Miranda de Ebro, apadrinamos en tiempos difíciles las fiestas de Murcia y para conseguir la declaración de Interés Turístico Nacional fuimos a desfilar a la Feria de Turismo de Madrid. Dentro de la fiesta casi el 95% de las comparsas tienen sus propios trajes, buscamos innovar en la música. De hecho, en quince años la Armengola no repite marchas moras o cristianas. Conseguimos que la gente dejara de pasarse los cubalibres de litro y medio en los desfiles y que respetara al público así como la uniformidad en la fiesta con la compra de chilabas con el escudo de la asociación y de Orihuela para las bandas de música.

¿Algún lamento?

Sí. En Orihuela no hemos sido cuidadosos. Antes para que las fiestas fueran declaradas de Interés Turístico Nacional no hacía falta pasar por un escalafón anterior, el de Interés Autonómico. Iniciamos el expediente pero empezaron a pedir papeles y lo dejamos. Luego ya vimos que te daban ayudas y que la declaración te daba prestigio y se solicitó la de Interés Comunitario pero si hubiéramos empezado antes, ahora estaríamos hablando de la declaración de Interés Turístico Internacional. También me hubiera gustado celebrar un concurso por el Medio Año Festero de marchas moras y cristianas y crear una cultura de fiesta en Orihuela que permitiera auto suministrarnos. Se ha comenzado con el ballet, pero si hubiéramos empezado antes, aunque ahora hay, habría más modistas y se daría trabajo. Por otra parte, estaría bien haber impulsado actividades culturales para dar a conocer las fiestas, sobre todo, entre los niños.

Algo que necesite un cambio urgente...

Cambio no, entendederas. Hay que entender que la fiesta no es un capricho individual sino que es de todos. Debe de haber un respeto a las estructuras, las mayorías y las formas de hacer las cosas.

Va a disfrutar lo único que le quedaba por vivir de las fiestas...

Nunca he pensado en la escalera de lo conseguido. Tengo que reconocer que no he pensado nunca seriamente en ser Síndico porque eso viene o no viene. Para mi el mayor honor era ser festero y ser el presidente honorífico de la Asociación. Lo de ser Síndico es un sentimiento diferente, es una satisfacción particular y la palabra que define como me siento es feliz.

Ha sido concejal y ya ha llevado al Oriol, ¿cómo cree que va a vivir ese momento el 17 de julio?

No lo sé, lo diré cuando salga del balcón pero estoy seguro de que va a ser una sensación distinta. Primero porque intervengo y ante estaba detrás viendo la sombra del Oriol cuando el macero la sacaba al balcón del Consistorio.

¿Qué le dirá a su familia festera?

Estoy perfilándolo pero va a ser un discurso sencillo para que lo entienda todo el mundo y corto que va a hacer mucho calor. Ahondaré en que estoy allí gracias a todos ellos.

¿Cómo se sintió cuando se sacó a la luz su condición de imputado?

No puedo ir cosiendo bocas. Estoy imputado: sí, me es agradable: no. Pero esto tiene que ver con la política que se ha judicializado mucho. Llevo ocho años así por algo que no sé por qué vino y solo me han llamado una vez a declarar. Me hubiera gustado que esto se solucionara antes del día 17 de julio y aún tengo esperanzas de que suceda pero no me parece justo que se haya mezclado el cargo de Síndico, que es una institución, con juegos políticos y que lo hayan hecho oir por varios días. Aunque realmente si se soluciona, no cambiaría nada, solo me serviría para darle un toque a alguien y decirle que se preocupara de otro.

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