La gente comenzó a llegar a la Playa del Cura acarreando sillas y mesas. Algunos llevaban también capazos y neveras portátiles con viandas, para cenar en una velada de playa. Para vivir a la luz de las estrellas una noche entrañable disfrutando de la habanera y el canto coral. Un nuevo formato presentó esta tradicional noche de habaneras en la playa que, como preámbulo a la gran cita internacional que tiene en la interpretación de habaneras y canto polifónico su razón de ser, organiza cada mes de julio el municipio.

Se conmemoran 60 años de Certamen grande de Habaneras, efeméride promocionada a nivel nacional en los décimos del sorteo de la Lotería Nacional del 24 de julio próximo, tal y como se anunció ayer. Y es la excusa para el cambio en este evento que les sirve a torrevejenses y visitantes para ir abriendo boca con canciones de taberna marinera y letras cálidas de amores y nostalgias. Una «tapa» que en esta edición desplazó a los coros locales de aficionados, por la indiscutible calidad de la cantante catalana Nina.

Acompañada, eso sí, por jóvenes voces pertenecientes a los coros Infantil y Juvenil de la Escuela Coral Municipal, y por voces graves de otras corales torrevejenses. Desde el escenario montado en el recodo de la playa, con la luna casi llena y la gente atenta, sonaron voces y música instrumental. Al piano Aurelio Martínez, Selena Cancino y Antoni Mas, que además es compositor y presidente de la Fundación Ernest Morató (encargada de la difusión de la Habanera), y la magia de Zinoviy Harvat al acordeón terminó de trasladar a los presentes al tiempo de los corazones en compás de dos por cuatro con temas como «Tú» o «La Bella Lola». Cuando cerró el obligado «Golondrina de amor», la voz mediterránea de Nina ya se había ido con la brisa.