Si usted se encuentra en Pilar de la Horadada y la grúa municipal se lleva su coche por cualquier motivo sepa que tendrá que desplazarse hasta la Región de Murcia para poder recuperarlo. La empresa adjudicataria de este servicio carece en este momento de un emplazamiento para depositar los vehículos que arrastra en este término municipal alicantino y los traslada hasta una sede de la mercantil ubicada en el límite entre las poblaciones murcianas de San Pedro del Pinatar y San Javier, una situación que no se ajusta a los términos del contrato de concesión y que perjudica todavía más al bolsillo de los infractores.
Al parecer, la situación se repite desde hace varios días porque la mercantil adjudicataria de este servicio, Carmelo Grúas, ya no cuenta con los almacenes que tenía alquilados en Pilar de la Horadada para mantener los vehículos hasta que sus propietarios abonen el canon de arrastre, que está fijado en 50 euros para los turismos y que aumenta en función del tipo de vehículo. Además, por cada día que el automóvil permanece en las instalaciones de la mercantil tiene que pagar una cantidad adicional que ronda los cuatro euros.
Fuentes de la Policía Local de Pilar de la Horadada admitieron ayer que cuando un conductor quiere recuperar un vehículo que ha sido arrastrado por la grúa tiene que acudir primero a la Jefatura y desde allí desplazarse hasta Los Sáez, la pedanía de la localidad murciana San Pedro del Pinatar, en el Mar Menor, en la que está ubicada una sede de esta empresa.
La distancia que un automovilista tendría que recorrer hasta llegar al depósito de vehículos de la grúa en la vecina localidad murciana varía en función del punto en el que le haya sido requisado el vehículo. Por ejemplo, si el coche es arrastrado desde las inmediaciones del Ayuntamiento de Pilar hasta San Pedro del Pinatar tendrá que recorrer cerca de seis kilómetros por la N-332, y si le arrastran el coche en la pedanía de Torre de la Horadada la distancia se incrementa hasta cerca de 10 kilómetros, que el afectado tendrá que realizar en autobús, taxi, andando o como buenamente pueda y, por supuesto, asumir el coste de ese desplazamiento que encarece todavía más la factura por haber estacionado de forma incorrecta su vehículo.
