La oposición al gobierno de Charo Bañuls (PP) en Bigastro dio ayer otro paso más para que el Ministerio de Hacienda intervenga un Ayuntamiento que está al borde de la quiebra después de gastar durante años por encima de sus posibilidades. El Plan Económico-Financiero que la regidora llevó a la sesión de ayer, con la advertencia de la secretaria-interventora de que las salidas para sanear cada vez son menos, chocó con el rechazo frontal y anunciado del PSOE que lidera Raúl Valerio Medina, quien no hizo declaraciones a este periódico al término de la sesión; y de Aurelio Murcia (UPLC), quien, como en él es costumbre fue muy gráfico: «Que vengan los hombres de negro y que cada cual cargue con su culpa por lo que ha pasado aquí durante años».

Los hombres de negro a los que se refería son los del Ministerio de Hacienda porque desde ayer los plazos para que el equipo de gobierno del PP, que tomó las riendas hace tres años y que ha sido el que ha denunciado la quiebra económica que sólo en deuda a los bancos se sitúa próxima a los diez millones de euros aunque se podría triplicar sumando las demandas y procedimientos judiciales en los cuales está inmerso el municipio, se están agotando. Y esos treinta millones de euros son seis veces el presupuesto municipal. Sólo los intereses, cada día que pasan, entierran un poco más a Bigastro.

Respuesta

Bañuls, en declaraciones a INFORMACIÓN, aseguró ayer no entiende cómo la oposición está dispuesta a que Bigastro sea intervenida, la respuesta es fácil: no están dispuestos a aprobar un plan que se basa, fundamentalmente, en subir los impuestos. «Durante más de dos años -continuó Murcia- le he dicho a la alcaldesa lo que tenía que hacer pero, como no se fiaba de mí, no lo ha hecho. Lo que pretende es subir al máximo el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) y eso ahora no se lo voy a consentir».

A pesar de la negativa del pleno, Bañuls aprobó ayer mismo en junta de gobierno el Plan Económico-Financiero que le habían negado los partidos en la oposición en lo que parece que no es más que ganar tiempo porque, al final, tendrá que plantear al pleno de nuevo esa subida de impuestos. «A nadie le gusta subírselos a sus ciudadanos pero no podemos soportar esta deuda que heredamos», admitió una alcaldesa que se ve desbordada. Aurelio Murcia, quien dijo que hay otras alternativas a subir impuestos como es que los concejales de Bañuls se bajen el sueldo, explicó que ahora se abre un plazo de tres meses para que la regidora presente un Plan de Saneamiento al pleno, con el plácet del Ministerio de Hacienda, y que previamente tendrá que depositar un aval del 2% del presupuesto para ganar 5 años más en el pago de la deuda, pero advirtió que de nuevo se lo tumbarán. «Y entonces sólo quedará ir a la intervención, que igual es lo que necesita Bigastro. Vendrán los hombres de negro -reiteró el veterano político-, harán un informe y tomarán decisiones». Esas decisiones serán la intervención de un Ayuntamiento en quiebra.