Aunque las precipitaciones registradas ayer en buena parte de la comarca de la Vega Baja fueron más bien escasas, para los agricultores, especialmente de cultivos de secano, supusieron un cierto «respiro», aunque ni tan siquiera supusieron lo que ellos consideran medio riego. En cualquier caso, el agua volvió a caer después de casi dos meses sin ver una gota de lluvia en muchos kilómetros.
La falta de lluvia del último año ha provocado ya pérdidas en producciones agrícolas que superan los 9 millones de euros en la Vega Baja, especialmente en las cosechas de cereales, olivares y sobre todo almendros, puesto que en algunas zonas se ha perdido el cien por cien de la cosecha. El fruto de esta temporada ya no se podrá recuperar, pero el agua caída ayer ayudó en cierto modo a que «algunos árboles no sigan muriendo», según destacaron ayer desde la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Alicante.
El presidente de Asaja, Eladio Aniorte, explicó que las precipitaciones registradas ayer son precisamente «del tipo que hace falta porque es una lluvia suave que no hace daño a las plantaciones». Aunque señaló que «la lluvia caída fue poca» es algo que genera optimismo. En Orihuela se registraron hasta 8,4 litros por metro cuadrado mientras que en Torrevieja se rozaron los 5 litros, en otros puntos de la comarca, caso de Rojales o Almoradí se alcanzaron hasta los 10 litros, al igual que en Guardamar del Segura.
Necesidad
Eladio Aniorte prosiguió que la actividad agrícola de la comarca y de toda la provincia está «atravesando un momento de mucha necesidad» por la escasez de precipitaciones del que está considerados ya como «el año hidrológico más sexo de las últimas décadas». El presidente de Asaja incidió en la necesidad de que sigan registrándose precipitaciones de este tipo, que son igualmente buenas para los cítricos, y de que no se produzcan lluvias torrenciales con pedrisco «que podrían acabar de arruinar a muchos productores».
