Los vecinos de la urbanización Molino Blanco de La Mata han denunciado ante la Subdelegación del Gobierno, la Guardia Civil, la Policía Local y al alcalde, Eduardo Dolón (PP), las supuestas irregularidades e ilegalidades de la actividad de una discoteca situada en la Avenida de Los Españoles, junto a la playa, inaugurada el pasado verano y que hace unos días comenzó la nueva temporada por todo lo alto con un «ruidoso castillo de fuegos artificiales a las tres de la madrugada».
La denuncia se centra sobre todo en la falta de insonorización del recinto, denominado Vela Beach, y en el botellón que genera en los alrededores con consumición de bebidas alcohólicas, entre otras muchas molestias y en plena zona residencial. Además, expresan su extrañeza por el hecho de que ante las quejas presentadas a la Sindicatura de Agravios el municipio haya esgrimido un informe de un inspector de la Policía Local en el que valida la legalidad del recinto tras una inspección «minuciosa y detallada» datada en marzo, cuando el local no estaba abierto. En ese informe se decía que la discoteca contaría con un sistema de limitación de sonido y que se había realizado una revisión del proyecto y la documentación.
Según la denuncia firmada por uno de los afectados, Ignacio Barrio, entre el interior de la discoteca y su terraza solo media una cristalera abatible que «suele estar abierta» y que tampoco cumpliría la normativa de insonorización si permaneciera cerrada. También cuestiona que el establecimiento, inaugurado en junio de 2013 con presencia institucional y felicitaciones de la edil de Seguridad, estuviera funcionando esa temporada durante 52 días sin licencia. La recibió el 20 de agosto de 2013. No se le impuso sanción. Además en la terraza exterior, dice la denuncia, el establecimiento tiene instalados altavoces convirtiéndola en una discoteca al aire libre. De ese espacio han sido retirados además los bolardos municipales que separaban estos locales del paseo y han sido sustituidos por vallas metálicas que hacen de cierre total a la zona que además ha sido ampliada con una hamburguesería del mismo propietario.
«Botellón»
Ignacio Barrio, asegura que la actividad de esta discoteca, que usa el tramo de playa de dominio público que tiene enfrente como reclamo publicitario, obliga a los residentes «a dormir en pleno verano con la casa cerrada a cal y canto por el ruido insoportable de la música». Una música que por otra parte, atrae la realización de un «botellón» en todas las calles adyacentes, que no se producía antes. En este sentido el intendente de la Policía Local ha respondido que se llevan a cabo controles en la calle que garanticen las normas de convivencia y el consumo de bebidas alcohólicas.
El informe adjunta imágenes para demostrar estas afirmaciones; entre ellas, la acumulación de excrementos en una de las calles. Para completar su información el vecino afectando, dirigiéndose al alcalde le indica que han detectado actividades sexuales en las inmediaciones por lo que consideran necesario la presencia de la Policía.
